que abrazaba tu cuerpo
sobre nuestra cama
y todavía puedo oler
el perfume que has dejado
impregnado sobre las sábanas
y en mi camisa blanca.
Y ahora, como cada noche,
desde mi balcón
veré alejarse tu silueta
entre las penumbras de la noche,
corriendo hacia tu casa.
Colección Muñecas de trapo
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