y seguramente
que me quieres,
y diría más:
¡Que por mis huesos
te mueres!
Pero con esto
no es suficiente.
El amor tiene estas cosas,
que cuando más tienes,
más quieres.
Pero nos olvidamos
que somos humanos
y tenemos fallos.
Queremos el oro y el moro
y cuando lo tenemos,
¡vamos y nos peleamos!
¿No sería mejor, vida mía,
no pedir nada a cambio
y cada mirada, cada beso
recibirlo como un milagro?
Nada valgo,
ni nada tengo
y tú eres mi tesoro
más preciado.
Por esta razón,
amor mío,
quisiera ser para ti,
cada día,
el mejor de los regalos.
Y ahora,
si después
de este poema
no me entiendes,
¡es que nunca
me has querido
suficiente!
Colección Muñecas de trapo
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