princesita mía!
Llegaste a mi mundo
egoísta y materialista
desde el país de la fantasía,
con tu corona de chocolate
y tu cetro de caramelo.
Desde el primer día
me convertí en el fiel bufón
de tu corte de papel y cartón.
Deja, princesita,
que duerma en tu castillo
de nata y fresa,
que durante el día
contemos conguitos y galletitas
y por la noche nubes de azúcar.
Déjame, princesita mía,
que siga siendo tu bufón
y vivamos juntos eternamente
en tu mundo de fantasía.
Colección Hablemos de ti
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