LAS COMPARACIONES SON ODIOSAS.
Hacía años que aquel portarretrato permanecía en el estante. Aquel día, miré la disparidad que había entre mi rostro y el de la foto. Me dirigí al espejo y me acerqué para mirar las canas que habían aparecido sobre mi escaso cuero cabelludo.
Miré angustiado las arrugas que se habían formado sobre mi cara sin que me hubiese dado cuenta del transcurso del tiempo y corrí en busca del portarretrato. Comparé los labios, el mentón, la nariz, los ojos y la frente. Con toda seguridad, alguien había cambiado el retrato, porque el hombre de la foto, no era yo. ¡Seguro!
Colección: 💯 PALABRAS DE COLORES BRILLANTES.
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