JUVENTUD, DIVINO TESORO
Llamó mi amiga del alma, estábamos enamorados, cosas de juventud. Yo contento como unas castañuelas alquilé un apartamento que me costó un ojo de la cara. Imagínate, un fin de semana con la chica de mis amores.
Compre comida y añadí unas rosas rojas, velas y dos paquetes de Malboro. Un plan perfecto. Los días anteriores se hicieron larguísimos, pero llegó el momento. El viernes a las 10’30 la fui a buscar al aeropuerto emocionado por el encuentro. Al verla, corrí a sus brazos y el primer beso se hizo eterno.
- ¡Al fin juntos! ¡Te quiero!
- Y yo más.
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