HOY ESCRIBIRÉ SOLO DE BESOS.
Y ahora que estamos juntos, tan juntitos que ni pasa el aire entre nuestros cuerpos, vamos a hablar de besos. Justo ahora que los alientos nos envuelven de puro deseo, vamos a darnos besos. Besos de estos que te mueres de gusto por dentro, que quitan el hipo y te entregas en cuerpo y alma en cada uno de ellos.
Besos de locos apasainados que se les va el santo al cielo, besos que tú me das y voy yo, y me derrito como un poseso en cada beso. Uno a uno, o todos juntos, da igual, yo les pongo en vereda y los saboreo poco a poco, como si fueran caramelos. Y Ahora que estamos pegaditos podemos repartirnos los besos, a pares o a cientos, podiamos empezar por el último o por el primero. Solo se trata de ponernos de acuerdo.
Besos rápidos y lentos, locos y enérgicos, de colores o en blanco y negro. Tengo todo el tiempo del mundo para besarte, que no tenemos nada mejor que hacer, que comernos los morros, comernos a besos.
Hoy he escrito solo de besos, de los tuyos y de los míos, de los que se derriten en la boca y se convierten en nuestros. Son solo besos, pero son besos que saben a miel, a miel con queso. Y corto me quedo.
Juanjo Cardona
Colección: HISTORIAS DE MENTIRA.
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