Al grano, resulta que cuanto tengas necesidad de tener relaciones sexuales, debes de coger al amigo o amiga de turno y llevarlo al bosque o a la playa. No digo yo que no, incluso diría que es una pasada de romántico. Pero ya me dirás quién coño sale de casa para ponerse en pelota picada, y menos a cero grados dentro de un mes. O sea, aprovechemos, que todavía el clima es bueno, que dentro de un par de semanas no habrá quien salga de casa ni para follar. Me veo en el balcón "empujando" con el culo al aire y los vecinos aplaudiendo. Todo un acontecimiento.
Lo de ventilar las habitaciones durante el acto e incluso después, tampoco es una idea nueva, en casa de cualquier persona con un dedo de frente lo hace por costumbre e higiene, tanto si se practicado sexo, como sino. Lo mismo que limpiarse las manos, antes y después de los tocamientos. Lo normal sería una buena ducha erótica con gel... por delante y por detrás. Vuelta y vuelta.
Lo del interrogatorio con la persona con la que vas a tener relaciones es poco romántico. Aunque supongo que los tiros no van por aquí, igual que el uso de la mascarilla y la falta de besos.
¡Hasta
aquí hemos llegado! Sin besos, ni caricias llegamos a la conclusión a la que
ellos, los “protocoleros”, nos quieren llevar: Qué no es otra que usar tú propio
cuerpo para satisfacción personal y sanseacabó. Te compras un par de juguetitos eróticos y te conectas a internet y te pones ciego a orgasmos. ¡Coño! Pues haber empezado por aquí y
evitamos las tonterías.
¡Tiene tela el tema! Si el Padre Sebastián, el cura de religión que tuve en 2° de bachillerato, en paz descanse, leyera estas reglas de sexo, se encomendaría a Dios y a todos los santos y maldeciría al demonio. Según sus creencias, la masturbación nos dejaría ciegos e iríamos directos al infierno de cabeza. Y ahora, cincuenta años después, resulta que es sano y casi obligatorio masturbarse un par de veces (mínimo) al día. Cada vez nos volvemos más individualistas. ¡Vivir para ver!
¡Tiene tela el tema! Si el Padre Sebastián, el cura de religión que tuve en 2° de bachillerato, en paz descanse, leyera estas reglas de sexo, se encomendaría a Dios y a todos los santos y maldeciría al demonio. Según sus creencias, la masturbación nos dejaría ciegos e iríamos directos al infierno de cabeza. Y ahora, cincuenta años después, resulta que es sano y casi obligatorio masturbarse un par de veces (mínimo) al día. Cada vez nos volvemos más individualistas. ¡Vivir para ver!
Colección: CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y LA MADRE QUE LO PARIÓ.
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