¡Al fin, amada mía! Al fin vuelvo a verte. Tan dulce y tan alegre.
Con estos ojazos claros y transparentes. Te miro y me emociona la blancura que se extiende por todo tu cuerpo. Besar tus labios quisiera ¡Besar tan bellos y rojos claveles !No en vano tu hermosura por doquier que yo anduviera, me persiguió donde fuera, perturbando mi paz y mi corazón enamorado.
¡Ay, amada! Oprimes mi alma en cada mirada que me regalas, y por lejos que mi mente viajara de un lugar a otro del planeta, no pude nunca olvidar tu rostro de hada. Al acercarte a mis labios, mi pena redobla los latidos de mi corazón y suenan músicas celestiales.
Más, dulce amada, es ahora el momento de rozar el beso de tus labios. Es hora de cumplir un deseo que viene de lejos y será infinita la emoción que en ellos sienta.Y en tan idealizada imagen, oiré los ángeles revoloteando por los aires, mientras tanto, levantaré mis joyosos ojos para que desde el cielo inmortalicen tan romántico beso.
¡De repente! Un torrente de luz iluminó ese beso mil veces esperado, y agitó mi mente desbordante. Miré sus pupilas y vi en ellas la alegría y el deseo de alguien que ama locamente.
¡Temblaron sus manos, tembló su voz, y sus labios arremetieron de nuevo!
- ¡Te amo! -murmuró ella ruborizada.
Se hizo el silencio. Fue tan bello el beso, que mi corazón se desmoronó.
¿Cuando fue el instante? ¿Cuando llegó la mágica? Oh, bendito momento en que apareció Cupido, para cumplir el sueño de dos almas errantes en el tiempo.
Resplandeció el rayo, tronó el cielo
Levantose la tormenta, rompió la ola.
¡Por primera vez se repitió el beso...!
No hay comentarios:
Publicar un comentario