jueves, 12 de septiembre de 2013

CUANDO ALGUIEN PRONUNCIA SU NOMBRE

Si alguna vez, alguien más tarde,
me preguntara por su nombre,
sin duda el corazón me daría un vuelco.
Si su curiosidad fuera más lejos,
no sabría explicarle mi amistad,
y si quisiera ser más claro,
ni tan siquiera del amor
que todavía por ella profeso.

Mi deber sería callar su honor
y disimular que la herida de una mujer,
se había curado a golpes de arrogancia,
a golpes de signos de dudoso olvido.

Tal vez no tuvimos bastante tiempo,
tal vez nunca terminé de conocerla.
Ni a su cuerpo, ni a su frío corazón,
que iba robando el amor que de mí manaba.

Cualquiera hubiera pensado que yo
no supe descifrar sus sentimientos.
Tal vez tuviera razón 
no viera en aquel momento
el dolor que le estaba causando.
Hoy le pido perdón,
hoy que ya no la tengo,
pienso que mi obligación hubiera sido
comprender sus frágiles sentimientos.

Pero yo como un vulgar amante,
me volví tenaz, vil e ingrato.
Y en medio de lágrimas, 
quedé desnudo y atrapado,
víctima de mis celos.
Si alguien más tarde, 
me preguntase por su nombre,
nunca sabré la estúpida razón
por la que no la nombro.

¡Ay, Señor! ¿Por qué cuento mi historia,
si hace tiempo que vivo sin ella
y desde entonces vivo sin sentido,
colgado a sus recuerdos?

¡Ay, amigo! ¿Cómo contestar a tu pregunta,
si desde entonces, yo cada día me reinvento
y sigo girándome cada vez que alguien
pronuncia su nombre...?


  Colección Pescador de ilusiones 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo creo que no es poesía lo que hoy leo... es la carta de un corazón abierto!
Yo no tengo respuestas a tus interrogantes Juanjo...pero como me involucro en tus escrito!!!

La lluvia invadió la ciudad, el cielo están tan oscuro como el agua turbia del Río de la Plata y en el horizonte la línea se ha perdido... como a veces se pierden tantas cosas sin haberlo sabido.

Abrazos de todos los colores porque las olas están pésimas!

JJCardona dijo...

Son las memorias de un corazón desgarrado, son el fruto de un amor eterno, que se lleva el resto de tu vida, muy, muy adentro.
Son frutos de muchos años de escribir versos al viento, a estos amores lejanos que se despiden sin darte tiempo a olvidar ,y que lo vas arrastrando durante mucho tiempo. Son una carga que al final se hace llevadera y que no podrías vivir sin ella. Son recuerdos, que te hacen madurar y que siempre salen a la luz cuando quieres recordar.

No sé que que "puñetas" hacéis con el tiempo allí, porque en la isla todavía disfrutamos de un tiempo esplendido..

Olas, olas y más olas...besos, besos y mas besos...Juanjo

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