fríamente acaban de engullir el día.
El astro sol
ha
huido a otros mundos.
Las luces
del pueblo están encendidas.
Los pájaros
como frutos
maduros descansan en los árboles
y el viento
rompe entre las hojas su incesante viaje.
El paseo y los bancos de piedra están vacíos.
Nadie hoy sale a recibir la noche fría y
calla el instante en que todo se hace tenebroso.
calla el instante en que todo se hace tenebroso.
Ahora mil farolas nos regalan su luz blanca,
y a mi paso, sonríe un silencio especial.
La noche me envuelve y, a lo lejos,
empieza a fluir el agua de una fuente.
Camino mientras a mi alrededor cambia el universo
2 comentarios:
Hola mi bello amigo! Un poema luminoso y una fotografía que me fascinó, con esa puesta del sol engullendo el mar.
Bellísimo, te dejo muchos abrazos y te deseo un hermoso fin de semana.
Va la ola!!!
Hola Cristina: El poema recoge este instante del ocaso de invierno donde el frio y la soledad nos permiten sentir el silencio de la noche…y la foto esta hecha desde la terraza de mi casa, por esta razón cuando llega tu ola, yo ya estoy en la playa esperándola.
¡Ola va! Muas. Jaunjo
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