lunes, 23 de mayo de 2011

UN SUSURRO

Un beso sobre otro beso
nos enrojece las mejillas.

La quisiera de amiga,
de prisionera y de amante.

La quisiera de princesa,
y le pondría un diamante
en cada trenza.

La noche pasada,
le dejé un ramo de flores
sobre la cama,
mientras por el pasillo
le susurraba:

-Un beso sobre otro beso,
un labio sobre otro labio.
¡Soy, amada mía,
prisionero de tus encantos!

Colección Muñecas de trapo

No hay comentarios:

UN CLÁSICO.

UN CLÁSICO.  Al final del día conseguí mi objetivo, tampoco fue tan difícil, pero con los nervios del primer envite reconozco que estuve alg...