A fuerza de tardes
untadas de miel
y a golpe de palabras,
se retiran las olas a dormir
a cobijo de las rocas,
mientras nosotros
bailamos entre las sombras. Se nos mueren las horas
dentro de las manos
y ahora, los versos de amor,
se han fundido con las olas.
Las tazas de café
y las teclas del piano
han ido esparciendo
nuestras siluetas
sobre las paredes blancas.
El tiempo se ha ido
evaporando entre los labios,
y a la hora del adiós,
evaporando entre los labios,
y a la hora del adiós,
tus dulces pechos lloran.
Y vuelvo a tu regazo
por última vez,
por última vez,
para ver cómo las olas
vuelven al mar.
vuelven al mar.
Bailemos una vez más un vals,
sobre la sombras de la pared
y pensemos que allí, quedarán
pintadas hasta el día siguiente.
Camino de vuelta a casa,
oigo la música de las olas
volviendo al mar.
Y herido de amor,
veo nuestras siluetas
bailando entre las últimas
sombras del alba.
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