lunes, 28 de marzo de 2011

¿Y AHORA A QUIÉN SE LO CUENTO?

Cayó sobre tu espalda
la llama de tu pelo
y quemó la blancura
su ondulación de fuego.

Entre los áureos rizos,
por el amor deshecho,
yo vi calientes, húmedos,
brillar tus ojos negros.

Sin desmayos, erguidos,
redondos, duros, tersos,
temblaron los montones
de nieve de tus pechos.

Y de amor encendida,
estremecido del cuerpo,
con amorosa savia
tus rosas florecieron.

El clavel de tus labios
brindaba miel de besos
y fue mi boca ardiente
abeja de tus pétalos.

De la crujiente seda,
que resbalara al suelo,
emergió tu blancura
tu contorno supremo.

Y al impulso movido
de ardoroso deseo,
se cimbró entre mis brazos
y quedó prisionero.

Me abrasaban tus ojos,
me quemaba tu aliento,
y apagó las palabras
el rumor de los besos...

 Colección Muñecas de trapo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te dejo un poema de Mario Benedetti, me gustaría acompañarlo de una imágen pero no se puede, así que van las letras solas...para vos.

Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos

tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro

tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos

y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero

y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola

te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso

si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Un abrazo del alma, gracias por estar siempre presente.

UN FLAN CON NATA Y AZÚCAR.

UN FLAN CON NATA Y AZÚCAR. Como no te voy a escribir un poema, tonta mía, si me lo pides con esta carita de niña buena, que se me cae la bab...