de tu cuerpo de niña,
de tus hermosos ojos
negros de mirada triste.
Soñadora de cuentos de adolescentes,
buscas en la noche de insomnio
a la persona que a tu lado,
se sienta enamorado.
Envidia de tu cintura fina,
de piel con sabor de miel,
de sonrisas a una nueva vida,
de un mundo por recorrer.
Si algún día, una lágrima resbala
por tu inmaculada mejilla,
no te pares a contemplar su tristeza,
busca en su brillo un destello de alegría.
Envidia, solo envidia de mi juventud perdida.
Colección Hundido en mi colchón
No hay comentarios:
Publicar un comentario