¡Ay, amor de papel,
cuánto sentimiento desaprovechamos
cuando el amor que emanamos
no nos es correspondido
y cuánto tiempo perdemos
en soñar con el ser que amamos
y que nunca seremos correspondidos!
Pedimos a los cuatro vientos
que por la noche miren las estrellas,
en donde hemos depositado
un deseo en cada una de ellas.
Que se siente en las rocas
a esperar que choquen las olas,
igual que nuestros besos
romperían contra su boca.
Que liberen su corazón
para que un día podamos entrar,
porque si por un momento pensáramos
que nunca lo íbamos a lograr,
preferiríamos morirnos,
antes que empezar a olvidar.
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