viendo a la gente pasar,
no te fijabas ni en nadie ni en nada.
Tú mirabas perdida
las luces del mar.
Yo me crucé en tu camino,
y a tu lado me senté;
no nos hizo falta nada más:
la luna, el mar... tú y yo.
Colección paisajes de mujer
Escribo poemas a la soledad, para hacerle compañía, haciéndole la espera más corta y más dulce la sonrisa. Soy de los que creen en el sonido del silencio o de los que habla con el mar. ¡Soy de aquellos que la gente piensa que estamos locos!
... Y ES EL COLA-CAO EL DESAYUNO IDEAL. Cabizbajo la serví el desayuno buscando la complicidad de un beso. Me tumbó sobre la cama y mi pija...
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