LAS MIL Y UNA NOCHES.
—¡Por Dios! No sigas, que los halagos pueden confundir al que los regala, o al que los recibe, y yo, un simple enamorado, supe desde el primer día que tenías algo hermoso guardado en lo más profundo de tu alma, por esta razón dediqué tanto tiempo en descubrir tus encantos.
No creas que es fácil sentir lo que siento, ahora mismo estoy al borde de un ataque de nervios con el corazón partido a punto de cruzar el arco iris. Te prometo, amada, que el día que lo desees, compartiremos "las mil y una noches"... contigo cogida a la cintura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario