EL TIEMPO ES ORO.
Se nos había hecho tarde, el reloj no entiende ni de amor ni de amantes. Me vestí nervioso y apresurado, como un elefante en un trastero. Ella, como siempre, despacio, sin dejar al azar ningún detalle. Salimos deprisa, su madre, debía estar a punto de llegar a casa, el tiempo apremiaba y no era cuestión de llegar con retraso.
Al despedirse, me dio un beso, un solo beso, un beso corto que me supo a poco. Se dio la media vuelta, sin mirar atrás ni un solo instante, y yo me quede mirándola hasta perderla de vista entre la gente.
Colecciòn: 💯 PALABRAS DE COLORES BRILLANTES.
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