NO, TÚ Y YO NUNCA SEREMOS ROMEO Y JULIETA.
Tanto tiempo, tanto amor retenido, tanto silencio callado y liberado en brazos de mi amor secreto. Esto es lo que yo más deseo del mundo entero. Este es mi gran sueño. Sueño que con los años se me ha hecho largo sufrirlo en silencio por miedo a tener tu desprecio. Y eso, solo con pensarlo, hace daño, mucho daño al más desgraciado de los corazónes enamorados. El mío.
Habrá un dia, en que se verán las torres más altan caerse a pedazos, los muros serán derribados y las puertas del amor se habrían de par en par para dar cobijo a un ejercito de besos desenfrenados en busca de labios huerfanos.
Y este seré yo, amada mia, un nuevo héroe que te protegerá de los peligros de amores desconocidos. Prometo, que desde el momento en que te dé el primer beso, los astros iluminarán nuestro camino hasta los planetas más lejanos del universo. Así debería de ser, digo yo.
Mis manos protegerán tu bienaventurado cuerpo de peligros innecesarios. Y se oirán, sobre las ramas de los arboles, cantar a los pajaros, dando la buena nueva de nuestro amor a traves de los bosques más cercanos y los más lejanos.
Mi nombre y el tuyo serán señal de amor y bienaventuranza. Y se cubrían los caminos con alfombras de hojas y petalos de flor, para los pelegrinos que vendrán a nuestro altar a orar, en busca de consejo, por amores que todavía no se han conocido.
Que así será, y no de otra manera. Igual que yo entregaré mi cuerpo al tuyo como símbolo de amor eterno. Y moriré en el acto, amada mia, si no fuera correspondido. He dicho.
- Pepe, Pepe. Despierta que estas soñando y no se que dices de que te dé un cuchillo que te vas a cortar las venas. Pepe, Pepe, que tú eres tonto hasta cuando sueñas.
- ¿Y a ti quién te ha dicho que me despiertes, Pepa? Mira que eres aguafiestas. Estaba yo en lo mejor del sueño y vas y me interumpes.
- Tú con tus sueños y tu vida puedes hacer lo que quieras, pero es que ya te habías levantado y te habías traido el cuchillo jamonero de la cocina. Si quieres te dejo solo, porque vas a dejar toda las sabanas perdidas de sangre, tú mismo.
- Tú siempre interumpiendo mis obras maestras. Un día que estaba inspirado. Era como un Romero y Julieta, pero tú y yo de protagonistas. No veas lo bonito que me estaba quedando. Un drama precioso y tú estabas bordando el papel de Julieta. ¡Lo siento! porque el argumento daba mucho de si y tenía posibilidades.
- Pues nada, Pepe. Tú a lo tuyo, que yo me voy a ver a mi madre. Ah! Y no te olvides de fregar la sangre y poner las sabanas en la labadora, no quisiera yo volver a casa y encontrar la cama ensangrentada, que la sangre me da muy mal rollo. Te aviso.
- Tú Pepa, no te preocupes por nada. Que visto lo visto, se me ha ido la inspiración al cielo. Ya veo que contigo no puedo contar para nada, que me frustas este arte que llevo dentro.
- Pepe, duchate que nos vamos en cinco minutos. Y esta mañana no estoy yo para Shakespeare ni suicidios en casa
- Lo que tú mandes. Cariño. Pero que conste que no ayudas nada a la creación de mi obra.
- Tira, Pepe. Tira, tira para adelante. Que te vas a ganar una colleja inspiradora que vas a flipar en colores.
- ¡Jolines, Pepa! De esta forma nunca llegaré a ser famoso.
- ¿Tu famoso? No me hagas reir. Era lo que me faltava por oir, que tienes menos talento que un zombi en ayunas. Tira, tiraaa.
- Así somos los artistas en ciernes, unos incompredidos.
Colección: HISTORIAS DE MENTIRA.
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