CUANDO EL DESEO SE VUELVE AMOR O VICEVERSA.
Los deseos aparecieron de repente en sus eróticos sueños y a la mañana siguiente estaba hambrienta de sexo. Y fue cuando volvió a casa con más ansías para remeter contra mis desdichados huesos y me suplicó que la acogiera entre mis brazos y que me la comiera a besos.
Y allí estaba yo, como siempre, esperando que humedeciera mi boca, para lamerle los pechos y con las yemas de los dedos recorrer cada poro de su exultante piel de seda.
Y entonces, buscará su propio placer y se arrastrará sobre mi cuerpo como una serpiente y entre orgasmo y orgasmo se le irá el santo al cielo. Y aun así, me buscará de nuevo para cabalgar sobre mis ingles, en busca de su insaciable deseo. Gemirá al cielo, como si no hubiera un mañana, para que le acompañe en el último viaje de regreso a la tierra. Comerá sobre mi ombligo el maná del amor mío, y jurará por Satanás, que desfallecerá de placer en el próximo intento. Y sin más, arremete con más lujuria si cabe, y jura y perjura que morirá a mi lado, en el último acto del teatrillo.
Nada cambia con el paso del tiempo. Ella seguirá siendo tormenta y yo el fuego eterno. Nos seguiremos amando como si nada hubiera sucedido en este corto espacio de tiempo, por donde se esfumaron nuestros placeres por los cuatro costados. Nuestros encuentros nunca son, ni serán, un día cualquiera en nuestras vidas, porque lo nuestro es un culto al placer y al cuerpo.
Cuando amanezca, yo me haré el dormido y ella recogerá los orgasmos; los que esparcimos entre los pliegues de las sabanas y los que se perdieron debajo de la cama. Se vestirá en silencio y se irá como si nada hubiera ocurrido. Me dará un beso en la frente y saldrá de puntillas de la habitación para no despertarme. Yo la miraré de reojo a través del espejo, con una pícara sonrisa.
Colección: HISTORIAS DE MENTIRA
No hay comentarios:
Publicar un comentario