TODA UNA VIDA BUSCANDO EL AMOR VERDADERO.
Me arrojé al vacío sin cometa alguno, solo con las alas de mi reconocida fantasía de historias de mentida. Con apenas unos cuantas penas y amoríos que fui encontrando a mi paso por la vida, me lancé de nuevo con mi pluma en mano, en atrevido relato entre las nubes y el cielo.
Y hallé la más tierna de las criaturas que jamás podría haber soñado que existiera. ¿O solo fue fruto de mi rebelde pluma, que escribe a su libre albedrío, historias de amor desconocidas?
Bajé de mi sueño al suelo, con ansia y esmero, en búsqueda de tan extraña criatura que en mis sueños había dado vida. Y fue entonces, cuando conocí a mujeres de diferentes estatus, de colores y de belleza que me permitieron que les cortejara, besara y las acariciara con amor y deseo. Y aun así, se mofaron de mí, como si fuera un loco personaje sacado de alguna nefasta novela. Otras se esfumaron, sin más ni menos, cuando más creí que de mí se habían enamorado por mis valores y encantos, si es que tuviera alguno. Que lo dudo y a las pruebas me remito.
Y así se me fueron pasando los deseos y los años del cortejo, sin encontrar sobre la tierra la mujer que durante años fui idealizando en miles de hojas en blanco. Moza, que un día creí que había parido madre, para mi consuelo. Craso error el mío y perdida de tiempo por mi parte, al no haber sido criado, para este mundo egoísta.
- ¡Ay, pobre de ti! -me susurro mi hada madrina al oído. Eres un romántico empedernido de recuerdos y desamores que al final te dejaron con el corazón partido en mil pedazos.
Querido, tengo que decirte que has llevado una vida adelantada al resto de los humanos, porque naciste en un eslabón perdido. Que la vida terrestre no es para ti. Que lo sepas, que ahí abajo, no encontraras la belleza, ni el amor, ni la felicidad que tú buscas entre la gente. Y ahora que todo se ha detenido en el tiempo, que te sientes perdido en el espacio, te confesaré que todo tiene remedio.
Esta experiencia tendría de hacerte feliz, porque cuando regreses a tu verdadero lugar, serás un ser más sabio y perfecto.
Juanjo Cardona.
Colección: HISTORIAS DE MENTIRA
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