No me extraña que se recomiende alimentos saludables libres de grasas como los frutos secos, el aceite, las verduras y tubérculos hacen la delicia de cualquier comensal.
La langosta, las gambas, las sepias o los calamares están para chuparse los dedos. El mero, el dentol o el gallo a la plancha o al horno no tienen comparación y, puestos en una sartén, al horno o en una olla se convierte en puro arte.
Y es que tanto el pollo como el conejo de campo criado o la liebre o la perdiz cazados al vuelo dan mucho juego tanto en la parrilla como a la cazuela. La caldereta de langosta o el "bullit de peix" son exquisiteces que hacen que pierdas el sentido y del guisado de carne ya ni te cuento. Rico, rico.
Estos manjares son de primerísima calidad, además no engordan y son suficientes razones para que el virus pase de largo. Consume productos mediterráneos... ni lo dudes.
Colección; CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y LA MADRE QUE LO PARIÓ
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