No hay nada que hacer, al final en todo el país nos implantan el estado de alarma. ¿Y qué quieres que te diga? Pues bienvenido sea, al fin y al cabo alguna decisión importante tenían que tomar para intentar frenar la que está cayendo con el coronavirus. Esto ya no es solo una ola, se empieza ha divisar un tsunami por el horizonte. Una cosa serán las medidas que vayan a adoptar y otra será con la predisposición con que los ciudadanos las acojan.
Se está montando parda en toda Europa: Francia, Inglaterra, Italia, Bélgica, Polonia, Portugal, etc. etc. Y eso que no están tan fastidiados como nosotros, pero son más rápidos a la hora de tomar medidas. Será que aquí quieren contentar a todos, pero esto es imposible. ¡Sálvese quien pueda! y el último que cierre la puerta.
Creo que las restricciones deberían de ser duras, los horarios inflexibles y el toque de queda ser claro y conciso en toda España. No puede haber diferencias entre las comunidades, porque algunos tiquismiquis se sentirán discriminados.
Que quede claro que esto es un estado de alerta con toque de queda y dure lo que dure tenemos de obedecer a rajatabla. De lo contrario que cada cual aguante su vela y sea responsable de sus actos. Sé que ni tan siquiera con estas medidas desaparecerá el virus y deberemos ser muy, pero que muy pacientes. Esta es la época que nos a tocado vivir a esta generación y tenemos de soportarla con entereza, sin jugar al gato y al ratón con nuestra salud ni con la de los demás.
Cómprate un libro o un estuche de lápices de colores, escucha música o escribe tu biografía en verso. Aprovecha para pintar la casa o hacer tantas cosas que tienes pendiente desde hace años. O bien puedes ir pensando en dejar tu testamento redactado, porque si esto no para de una vez y no te lo tomas en serio, igual llegarás tarde a nombrar a tus herederos.
Colección: CRÓNICAS DL CORONA VIRUS Y LA MADRE QUE LO PARIÓ
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