Un vaso de tubo lleno,
en el fondo, destella el hielo.
Otro largo trago de ron
distrae los miedos,
de no volver a sus besos.
Lejos quedan los recuerdos,
lejos quedan sus gestos,
y lejos, el tibio calor del deseo.
Otro, otro y otro trago,
hasta derretirse cien veces el hielo.
con los primeros picos del alba,
mientras los sombras del estéril tiempo
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