el día se hace largo,
largo y estrecho
como un día sin pan.
Y es que al
final de la historia,
pocas cosas me importan
si tú no estás.
Pero he aprendido
a compartir la distancia
y el tiempo contigo,
a compartir todo aquello
bello que la vida nos regala.
Y aquí,
yo te pienso a mi lado,
mirando cómo besa
la ola salada la arena
de la playa al arribar.
Y tú, allí,
cogida de mi mano,
mirando las montañas nevadas.
Y así estamos los dos,
codo con codo,
alimentando nuestro amor
de cosas hermosas.
Colección Almas nostálgicas
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