domingo, 19 de junio de 2011

UNA PERLA RODANDO POR LAS MEJILLAS

¡No llores, vida mía!,
que cada lágrima
que derramas,
es una perla perdida.

¡No llores, mi niña!,
que no me gusta verte triste,
que me da mucha pena ver
llorar esta carita tan bonita.
Cuando tú lloras muere el sol,
salen las nubes y no tengo alegría.

Cuando tú te ríes, amada mía,
creo ver amanecer
en tus ojos un nuevo día.

Ves querida, ¿qué fácil
ha sido robarte una sonrisa?

Aunque al final del poema,
amor mío, te resbale una perla
enamorada sobre las mejillas.

Colección Muñecas de trapo

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