Quedaremos un día en secreto y engañaremos a todo bicho viviente, ella dirá que va de excursión con una amiga y yo me inventaré cualquier escusa de las mías. La llamaré con el máximo secreto, para decirle que lo tengo todo organizado.
Ella, nerviosa y emocionará mandará mil besos, por lo menos. Sabe que la historia será como un cuento de hadas y se sentirá alagada de tanto amor y misterio.
El - Ring, ring, ring. Cariño, te quiero, ¿lo tienes todo preparado? Falta poco para tenerte en mis brazos y me muero de deseo.
Ella - No me digas esto, que me pones de los nervios. Que ahora ya no estoy segura de lo nuestro, que tengo miedos de que luego dejes de quererme y te vayas con otra.
El - ¡Por favor¡ No digas esto,l que lo nuestro será una película de amor y sexo. Un amor dulce y tierno. Te lo prometo.
Ella - ¡Ala, ala! Y dale con el sexo. Tú estás obsesionado ¿O es que no piensan en otra cosa? Qué seguro que habrá momentos en que solo nos besemos y hablemos de nuestro futuro y de tener hijos y todo esto.
El - Y saldremos de paseo y dormiremos los dos agarraditos como dos muñecos. Y nos pasará el tiempo sin darnos cuenta y volveremos a casa con los deberes hechos.
Ella - Que cosas que dices tan bonitas, cariño. Ya tengo ganas de que llegue el momento, que desde que te conocí había soñado: compartir contigo la cama el desayuno y mezclarlos con palabras y besos.
El - Cuándo hablo contigo, se me va el santo al cielo y aun así el tiempo que falta para estar a tu lado se me hace eterno. Que la gente dice que somos jóvenes, pero yo te quiero como un loco, y esto no tiene precio.
Ella - Si sigues diciendo estas cosas tan bonitas, soy capaz a saltar por la ventana, venir hasta tu casa y comerte los morritos. Que tienes un poquito de oro y me derrito solo con pensar que mañana vamos a estar solos y podré jugar con tu cuerpo el tiempo que quiera. Que no es por decirlo, pero yo de ti tendría miedo de estar a solas conmigo tanto tiempo.
El - ¡Madre mía! Tiemblo solo con pensarlo, que soy neófito en estos menesteres y tendré que ir improvisando sobre la marcha y no sé cómo corresponder a tanta imaginación que muestras con tus palabras.
Ella - Tú no te preocupes, que traeré un mapa para no perdernos y seguiremos las instrucciones al pie de la letra como buenos iniciados en el tema.
El - Mira que eres tonta, y yo voy, y me lo creo. Mañana puede ser un gran día y no voy a pegar ojo en toda la noche pensando en como tenerte contenta.
Ella - ¿A qué hora nos vemos? Que el lugar que has elegido está lejos y el tiempo es oro.
El - No me pongas más nervioso, que si por mí fuera, vendría a buscarte ahora y ganaríamos unas horas. Podíamos quedar en la plaza del pueblo a las 7 de la mañana y cogemos el primer autobús que salga. Ya veras como será un inolvidable fin de semana.
Ella - Vamos a dormir, que mañana será un gran día para dos corazones ansiosos de jugar con labios y dedos.
El - ¡Ala! A dormir que se está haciendo tarde. Te adoro, no lo olvides nunca. Y no te duermas mañana. Que te quiero hasta el cielo.
Ella - Te voy a querer el resto de mi vida, que lo sepas, que eres lo mejor que me podía pasar. Y ahora a soñar con los angelitos que se ha hecho tarde. Y yo a ti te quiero hasta el cielo... de ida y vuelta.