lunes, 16 de enero de 2012

LA LLUVIA XII

Hoy está lloviendo, ha vuelto el invierno
y no me imagino, amor mío, dónde puedes estar.
Ha vuelto la lluvia, y siempre que llueve,
mi subconsciente me obliga a viajar en el tiempo.

Habíamos compartido muchos días de tormenta
y muchos días de sol. Habíamos compartido
caminos, senderos y también puestas de sol.
Habíamos compartido caricias y esperanzas
y también construído castillos en el cielo.

Ahora que hace tiempo que no estás a mi lado,
la lluvia sigue cayendo sobre el asfalto,
pero nunca será la misma lluvia que nos mojaba.
Tal vez allí donde estés, también llueva,
tal vez allí, también ahora pienses en mí.

Hoy, cuando he despertado, he encontrado las sábanas
heladas y un escalofrío me ha recorrido la espalda.
Un silencio estremecedor ha penetrado en mi cuerpo.
Mi corazón ha corrido acelerado como un galgo,
y por la ventana, ha entrado una extraña nostalgia
de cuando compartíamos el calor de las caricias,
y cada mañana, el cacarear de los gallos nos pillaba
haciendo el amor como dos tontos enamorados.

Y ahora, amor, si me dejas, quisiera hablar solo de ti,
pero sin rencor, sin dudas, sin dolor, sin pena.
De aquellos días que en tus brazos moría,
de aquellos días que de tu amor me alimentaba,
de aquellos besos con sabor a fruta fresca.

Solo hablemos de ti, de aquellos días de promesas.
Hablemos de ti, de tu forma de vestir, de andar,
de sonreír, de tu forma de hablar, de gemir, de mirar. 
Hablemos de ti, pero sin rencor, sin dolor, sin pena.

Hablemos de ti, amor mío, una vez más,
para que un día, te conviertas en humo,
en gesto, en distancia, en olvido.
Hablemos de ti, para que un día fluyas
por mis venas como un fantasma.     


Colección Almas nostálgicas

viernes, 13 de enero de 2012

LA LLUVIA XI

Hoy he organizado los pinceles, las paletas,
los caballetes, las pinturas, los óleos, las telas.
He arreglado los cajones de mi habitación
y también he puesto orden a mi vida.
¡Nunca se sabe lo que puede suceder mañana!

Ahora que a mi vida le queda un hilo de aliento,
cambiaré de pensamientos, y la próxima vez
que me vuelva a enamorar, jugaré con las cartas marcadas,
para evitar sorpresas y paranoias de loco enamorado.

Hace mucho tiempo de toda aquella parafernalia
y todavía luchan en mi interior los intereses de quienes
quieren hacer para ELLA un nido en mi vencido corazón
y construir un majestuoso castillo de cristal.

Quedó mucho amor grabado en cada trazo de mis pinceles,
en cada retrato y en mil noches ebrias de alcohol.
Y queda poco espacio para colocar semejante palacio,
en este lugar privilegiado, donde ELLA,
pretende hacerse la ama, la dueña, la reina.

A todo esto, juro no perder la calma, ya que esta guerra
de amores enfrentados, hace tiempo que la perdí.
Hoy solo puedo defender con dignidad y astucia
la parte del territorio que ELLA me ganó en su día,
asumiendo el papel de víctima en esta fábula,
y reconocer sin traumas la referencia vivida,
tal vez non grata, tal vez sufrida y dolorosa,
¡pero nunca repudiada por haberla compartido!

De todas maneras, no puedo impedir
que ELLA construya su castillo, en este trozo
de corazón malherido que me ganó en buena lid.
Tampoco quisiera que este palacio, para ELLA,
se convirtiese en una cárcel, porque una vez allí,
sería la manera de tener encarcelada la luz de su mirada.

Hoy he guardado los pinceles, las paletas,
los caballetes, las pinturas, los óleos, los telas.
He arreglado los cajones de mi habitación
y también he puesto orden a mi vida.
¡Nunca se sabe lo que puede suceder mañana!

He puesto orden en mi vida con tal de pensar
y decidir libremente y volver a estar de acuerdo
con mis propios principios y pensamientos,
sin que ELLA interfiera en mi subconsciente.

El sol sale cada día para todo el mundo
y yo quiero llegar a viejo recordando
lo muchísimo que la quise, lo mucho que la quiero,
y seguramente, lo mucho que la echaré de menos...
Pero tampoco quisiera morir de amor…
convirtiéndome en un bufón de feria.
 

  Colección Almas nostálgicas

martes, 10 de enero de 2012

LA LLUVIA X

Sentado plácidamente en mi balcón,
frente a los primeros rayos de sol
que me regala la primavera,
se me acumulan los recuerdos
de los despropósitos cometidos.

Si puedo, no me moveré más allá
de mi pequeño, corto y estrecho mundo.
Ya me he acostumbrado a estar solo,
con mis cuadros y mis cuatro recuerdos.
No obstante, no creas, amor mío,
que por estar aparentemente más tranquilo,
haya vuelto de aquel viaje al olvido y no creo
que nunca más vuelva a mi sano juicio.

Algunas tardes,
me siento a hablar contigo como viejos amigos.
¿De qué hablamos? De pequeñas cosas,
de cosas de enamorados, de ti, de mí, de la gente,
de estas pequeñas cosas que hacen reír
y hacen que te quiera un poco más cada día.
Y no creas que es una locura, no amor,
no estoy loco, porque aunque tú no me contestes,
te siento a mi lado, y aunque no te veo, ¡te imagino!

Por la noche,
entramos cogidos de la mano a la habitación
y nos desnudamos el uno al otro sin dejar de mirarnos.
Después desnudos, como el viento cálido del este,
llega la hora de los abrazos tiernos, del abrazo entero,
del abrazo de manos, de nalgas, de pechos y de sexos.

Más tarde,
sobre la cama, con los labios temblorosos,
nos premiamos con perturbadores besos,
jugando con los pezones, con los ombligos
y repetimos el ritual, una, dos y más veces,
hasta beber el brebaje del dulce manantial.

Y al ritmo de los gemidos y al contacto
de las manos, tu cuerpo gatea sobre mi cuerpo
hasta convertirlos en un solo gesto.
Y ahí, da comienzo un vals morboso
que los dos bailamos sin perder el ritmo,
y al final del baile, sacuden nuestras venas,
el más prodigioso de los orgasmos.

-Como verás, amor, no es malo estar un poco loco.
Porque aunque tú no me quieras,
yo a ti, seguiré amándote eternamente.
¡Es  tan grande el amor que por ti siento,
que puedo amarte el resto de mi vida...
sin que tú ni siquiera te enteres! 

Colección Almas nostálgicas


sábado, 7 de enero de 2012

LA LLUVIA IX

¡Que doloroso es el tener que olvidar!
Conlleva una extraña mezcla de sentimientos
de odio, de amor, de pasión, de rencor,
que se van quemando en el fuego del olvido
y todo aquello que se va convirtiendo en duda, 
te abate y te somete irreversiblemente.

Te digo amor, que hoy no puedo borrar
los verdes de las montañas, ni los azules del mar,
ni el amarillo del sol, ni el plateado de la luna.
Te digo amor, que hoy tampoco puedo olvidar
las palabras, ni las caricias, ni el primer beso
que me distes acurrucado en tus cálidos pechos.

Miro allá, a lo lejos, allá, al punto de partida,
donde el azul del mar y el azul del cielo
se besaban y se confundían en el horizonte
y se fundían en un abrazo azul intenso.

Y así amor, entre pinceles y lienzos,
sigo buscando estos colores mágicos
que te coloreen como la mujer bella que tú eres.
Porque tal vez, siempre fuiste un retrato
que llevaba grabado en mi mente.

Hoy amor, ya no me duele cerrar los ojos
y besarte en silencio, ni me duele el recuerdo
de aquel día, que hicimos el amor en el balcón,
mientras las gotas de llovía nos mojaban.
¡Hoy amor, ya no me duele el corazón,
porque lo deje olvidado debajo de tú cama!

Amor mío,  no ha sido ni el viento,
ni la nieve de este lento y frío invierno,
ni siquiera estos días de dolorosa angustia
quien te ha pintado de colores.
Tan solo ha sido la hazaña de mi memoria
quien  ha inmortalizado en los lienzos;
tú ternura, tú dulzura, tú gracia, tú hermosura.

Ahora todo volverá a su cauce,
tú en tu casa... junto a tú amo,
yo como siempre... solo, con mis pinceles.

Hoy amor, nada me debes, nada te debo,
nada nos debemos, tú me robaste el amor
y yo a cambio.... te pinté el alma.


  Colección Almas nostálgicas

miércoles, 4 de enero de 2012

LA LLUVIA VIII

Me encerré en mi estudio
y no contesté a más llamadas.
Me emborraché entre pinturas y pinceles.
Pinteé hasta acabar exhausto.
¡Quise olvidar, pero seguí pintando
una y mil veces tu retrato!

Hace tiempo que intento no recordar,
por esta razón, me he encarcelado
y saldré de nuevo de mi prisión
cuando tu recuerdo sea tan solo un cadáver.
¡Esperaré un día de lluvia o un día de sol,
pero saldré por la puerta, con la frente alta!

Sobreviviré a tu figura, a tu dulzura.
Sobreviviré a esta entupida locura
de quererte apasionadamente sin tregua.
Seguro que un día cualquiera, allí por mayo,
recordaré sin dolor aquellas manos de melocotón,
que solo con su roce me retorcían de placer.

Sigo vulnerable a tu recuerdo silencioso
y quiero perder la memoria exultante
de tu piel de seda fina y de tu boca bribona.
Quisiera tenazmente conseguir esposar
y encarcelar esta energía que me mata.

Hoy daría un gran salto en el tiempo,
hacia delante o sin dudarlo, hacia atrás.
Encendería hogueras de fiesta,
hogueras de San Juan, bebería vino,
bailaría con la más fea y con la más bonita
y haría el amor con cualquiera de ellas,
sin dejar que me corroyera la conciencia.

-¡Pobre tonto, qué pena me das!
Tú ya sabes que no puedes manipular
ni al tiempo, ni al amor, ni a la conciencia.
Entonces, solo te queda maldecir todo
lo que no sea olvidar este enfermizo amor. 
¡Ahora, estúpido, sigue bebiendo para olvidar
y sigue pintando su puto retrato!
¡Sigue en el estudio encerrado,
con este amor enfermizo!

                                   ¡Pero no esperes de tu corazón maravillas!

                                                                                                           
        Colección Almas nostálgicas

sábado, 31 de diciembre de 2011

LA LLUVIA VII

Se nos había hecho tarde,
el reloj no entiende de amantes.
Me vestí nervioso y apresurado,
como un elefante en un trastero.
Ella, como siempre, despacio,
sin dejar al azar ningún detalle.

Salimos deprisa con su coche.
Su marido, debía estar a punto de llegar.
El tiempo apremiaba, no era cuestión
de llegar con retraso, el tren no espera a nadie.
Al despedirse, me dio un beso, un solo beso,
un beso corto... Me supo a poco.
          
ELLA dio media vuelta rápidamente,
sin mirar atrás ni un solo instante. 
Yo corrí hasta el andén de la estación,
para no perder el tren de las 4 de la tarde.
Me senté en la ventanilla para ver el paisaje
y me puse a llorar sin consuelo.

-¿Qué creías, insolente tonto?
¿Qué esperabas hallar, en donde
no había nada que buscar?
¿Esperabas encender la chimenea
por la noche y encontrar la mesa puesta?
Pobre infeliz, ¿qué querías encontrar?
¿Algo diferente?, ¿Cómo someter
al amor y hasta al mismísimo tiempo?

Además, sabes que solo es un juego.        
Si mañana no quieres volver con ELLA,
puedes irte libremente donde quieras,
a esquiar a la montaña o volver al mar,
a tu casa, a vivir de nuevo en paz.

¡Pero, imbécil, no busques más excusas!

No sería justo decir que ELLA
te ha engañado, porque sabes
que en el fondo, ELLA te ama
y le gusta jugar y estar a tu lado.

Seguro que mañana, cuando las ansias
y el deseo te golpeen de nuevo,
¡volverás a vender tu alma al diablo,
para volver a estar junto a ELLA!

-Riiing, riiing, riiing...
¡Hola cariño!, ¿Cómo estás?
Mal, muy mal, pero... "te quiero".
Yo también "te amo"...
Piiip, piiip, piiip, piiip....


 Colección Almas nostálgicas
      

martes, 27 de diciembre de 2011

LA LLUVIA VI

Aproveche aquellos instantes
para poner mis ideas en orden.
La suave luz de las velas y la música
me envolvieron de paz y serenidad.

Me sentia flotar como una pompa de jabón.
La sensación era hermosa, embriagadora.
ELLA seguía dormida sobre mi pecho.
De vez en cuando, un suspiro delataba
su presencia en aquella mágica bañera.

Por mi cabeza pasaron mil ideas.
¿Que hacia yo allí con ELLA
 y cuando dio comienzo aquella historia?
¿Porqué me quise marchar o porque volví?

¿Porqué me había enamorado
como un loco de aquella chiquilla
y porqué ahora no concibo mi vida sin ELLA?
¿Que extraño brebaje me habrá  dado
o es que el roce de sus labios me ha hechizado?

¡Tantas cosas me pregunte
que no encontré una sola respuesta!
Me abandoné a mi destino 
y cerré los ojos para no volverme loco.
Preferí ignorar lo sucedido 
y seguir jugando con mi suerte.

¡Todavía no me explico, como Ella
pudo abrir la botella de champagne…
y desrramar el liquido sobre mi cabeza!
Me miró fijamente con ojos embriagados
y acercando sus labios a mí oído,
susurro un perverso…”te deseo”.

Al instante, sentí su mano izquierda
deslizarse sobre mi pierna.
Vi al pobre patito abandonado
a su suerte, flotando a la deriva,
entre la espuma espesa.
Su boca mordió  mi pecho
mientras con la otra mano se agarraba
fuertemente a mi cadera.

Un maremoto sacudió el baño.
Las aguas tranquilas de la bañera,
se convirtieron en olas de colores.
Un volcán de fuego nos abrasaba,
mientras una tormenta desataba
los gemidos de dos amantes.

Se extinguió la luz de las velas
y la oscuridad nos envolvió.
Desaparecio el patito y la botella,
por algún rincón de la bañera.

Volvio a posar su cabeza
sobre mi hombro y mientras
yo le acariciaba su negro pelo,
ELLA no cesaba de repetir…
"te quiero", "te quiero", "te quiero"...

Colección Almas nostálgicas

VERSO A VERSO, BESO A BESO.

VERSO A VERSO, BESO A BESO. Si la memoria no me falla, queda lejos, muy lejos, aquel primer verso que nació fruto del amor con el primer bes...