Y VOLVER, VOLVER, VOLVER.
Aquel día sus ojos no brillaban, sus labios se habían secado y con aquel semblante afligido no parecía la misma. Entre lágrimas espetó, un triste “te amo”. Aquella palabra devolvió a mi corazón toda la esperanza que había perdida durante el tiempo que nos habíamos separado.
Le contesté, que yo siempre la había querido, que sin ella mi vida no tenía sentido. De repente, un sexto sentido devolvió la locura a dos viejos amantes, arrastrando nuestro mutuo deseo como hibiscos río abajo.
Liberamos nuestras manos a su libre albredio y volaron sobre nuestros cuerpos desbocados, hasta bien entrada la madrugada.
Colección: 💯 PALABRAS DE COLORES BRILLANTES
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