Mi PRIMER LIBRO
—¿Puede usted enseñarme a escribir poesía? Dicen que tengo mucho talento, como ustedes los poetas. Me haría mucha ilusión, no tuve la suerte de ir mucho al colegio, y ahora que tengo un trabajo honrado me gustaría aprender. Por dinero no se preocupe, que cobro cada mes y voy a pagarle religiosamente.
— Señorita, no es por dinero. Piense, que lo que desea no se consigue en dos días y tendría que dedicarle muchas horas a hacer lo que lleva pendiente de aprender desdes hace muchos años.
— Si usted me enseña… ¡Yo le prometo dedicarle mi primer libro!
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