Le pregunté con cariño:
— ¿Eres tú el hada buena de mis sueños?
Colección: POEMAS DE TERRONES DE AZÚCAR BLANCO.
Escribo poemas a la soledad, para hacerle compañía, haciéndole la espera más corta y más dulce la sonrisa. Soy de los que creen en el sonido del silencio o de los que habla con el mar. ¡Soy de aquellos que la gente piensa que estamos locos!
Colección: POEMAS DE TERRONES DE AZÚCAR BLANCO.
¡Ay! Mi luna, lunita, que se pierde en lo alto de la noche, mientras el viento se pasea por los tejados haciendo ruido para no dejar dormir a mi niña. ¡Ay, ay! De mi luna, lunita, que se mira presumida en el espejo del agua de la bahía. ¡Ay! Pobre luna mía, que la despeina el viento cuando pasa por encima de mi tejado cuando mi niña esta dormidita.
Duerme mi niña, duerme. Que la luna, volverá peinadita cuando regrese a su casa de madrugada. Un rayo de luz de plata entra por la ventana con sonajero en mano, para cantar una nana a mi niña buena: Sueña, sueña, que la luna se asoma entre las nubes de camino a las montañas, donde las hadas y los duendes viven en los bosques de pinos verdes, y vendrán a media noche hasta tu cuna para cuidar tu sueño de angelito bueno. Sueña, mi niña, sueña, con aventuras fantásticas que la oscuridad de los sueños tiene puertas ocultas por donde entrar en extraños mundos de fantasía.
Lleva el viento olores de campos de flores y limones floridos para perfumar a la luna misteriosa. ¡Ay, mi lunita! Que llega hermosa y pintadita de purpurina para chapotear con las olas de la playa, en donde mi niña juega haciendo castillos de arena. Mientras, las sirenas de colas de algas marinas, la vigilan desde lo alto de las rocas para que no le pase nada a la criatura del alma mía.
Gracias luna, lunita. Gracias por entrar en mi casa a cantar una canción de cuna a la niña de mis entrañas…
… Y colorín colorado, esta nana se ha acabado.
Con ella aprendí hacer la cama a diario, aunque nunca comprendí por qué era tan necesario. ¿Sería que le gustaba estirar las sabanas y colocar en línea recta las almohadas?
Aprendí a preparar el desayuno: café negro, dos tostadas, mantequilla,
mermelada de fresa, cruasán y un zumo de naranja. Esperaba pacientemente
para secarle la espalda cuando salía de la ducha y me besaba para darme
las gracias por las atenciones prestadas.
Y HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO AMIGOS Y AMIGAS. "Nada es verdad ni nada es mentira...". Lo que he pretendido con mi colección de poem...