Creo sinceramente que hemos perdido el miedo a la muerte, bueno es una manera de decir que nos resbala el fallecimiento de los seres ajenos. No sentimos el dolor y el egoísmo nos ciega y vamos a nuestra bola. Es como si el entierro no fuera con nosotros. El muerto al hoyo y el vivo al bollo.
Las estadísticas mientras no nos afecte directamente pasamos olímpicamente de los difuntos y de los contagios. No sé si la información que recibimos es errónea o se equivocan en la forma de ofrecernos las imágenes. Si fuera yo el amo de esto de la tele: os comería el coco a diario. No abrirías el aparato en todo el día y si lo hicieras te cagarías de miedo.
Parece que estemos más preocupados en salir de vacaciones que de ponernos a buen recaudo. ¿Ya nadie se acuerda de como salimos de las Navidades? ¿Será que tenemos memoria de pez? Porque de lo contrario no entiendo a que viene tanto estrés. Al final llegas a la conclusión de que las personas tienen más de animal que de humano y nos dejamos guiar por los impulsos aunque la jodamos.
Yo por si acaso he comprado unas vacaciones de lujo para ir con mi familia a Alemania por Semana Santa por un precio de escandalo y es que como no nos dejan viajar por España, nos hemos liado la manta a la cabeza y nos vamos a Múnich por todo lo alto.
Ich spreche kein Deutsch!
Colección: CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y LA MADRE QUE LO PARIÓ.
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