I LOVE YOU BABY.

I LOVE YOU BABY.

Querida, mañana será la fiesta de tu pueblo, iremos a misa de doce. Te pondrás tu mejor vestido, adornada con la pulsera y el colgante azul turquesa. Llegaremos, cogidos de la mano. Saludaremos a tu tía Catalina, a tu amiga Esperanza y al párroco Don Vicente. 

Saldremos de la iglesia a tomar un aperitivo. Nos sentaremos en el bar y pediremos dos vermuts, patatas fritas y tacos de tortilla. Dibujaré un corazón sobre la mesa, con tu nombre y el mío. Me darás un beso y yo, para no romper el encanto, te pediré tres veces; si quieres casarte contigo.

Colección: 💯 PALABRAS DE COLORES BRILLANTES.

EL CAMBIAZO

EL CAMBIAZO

Un día, tal vez, volverás a casa a buscar los trastos que dejaste, acuérdate, que te fuiste liguera de equipaje. No seremos amigos, porque acabamos como el perro y el gato. Recordaremos viejos tiempos, de cuando nos amábamos como dos tontos y hacíamos planes. Hablaremos de la parejita de niños de los que tanto quisimos tener. Él, sería hoy un chiquillo bien parecido y la niña, una princesita guapa como su madre. Pero todo se fue al traste, cuando un día me cambiaste por un viejo, con casa y yate y a mí, aquí me tienes, anclado en el pasado.

Colección: 💯 PALABRAS DE COLORES BRILLANTES. 

"EL JOVEN CASAMENTERO"

«EL JOVEN CASAMENTERO»

Qué más quisiera yo que verte llegar al templo, vestida de blanco, desfilando por la iglesia, hasta subirte a los altares.

 ¡Cosa guapa! Ahí, estaría yo esperando nervioso perdido, vestido como un pincel, con traje azul merengue y una corbata granate.

 ¡Ole, y ole! Mira como se me ponen los pelos como escarpias, solo con pensarlo. Pues no será, que no tenga yo ganas de ponerte el anillo de casada y llevarte en brazos a casa.

 ¡Puñetas! Que sería muy bonito, hacer un convite por todo lo alto, con una fiesta con músicos y baile para amigos y familiares.

Colección: 💯 PALABRAS DE COLORES BRILLANTES.

AVISO: EL AMOR ENTONTECE CONSIDERABLEMENTE.

AVISO: EL AMOR ENTONTECE CONSIDERADAMENTE. 

No importaba que las noches se hicieran cortas o largas, ni que la luz del día nos hallara desnudos. El aire fresco de la mañana se colaba por la estancia, y la luz del alba sonrosaba sus mejillas de hada. 

Yo, como un tonto enamorado, veía como el cielo clareaba de celeste claro, y alucinaba viendo alas de oro blanco sobre las que se dormía mi amada en el más plácido de los sueños. Cuando dormía no era de este mundo y se trasformaba en ángel. Y es que me tenía fascinando con tantos encantos, que los tenía a caudales. 

Colección: 💯 PALABRAS DE COLORES BRILLANTES. 

JUVENTUD, DIVINO TESORO

JUVENTUD, DIVINO TESORO

Llamó mi amiga del alma, estábamos enamorados, cosas de juventud. Yo contento como unas castañuelas alquilé un apartamento que me costó un ojo de la cara. Imagínate, un fin de semana con la chica de mis amores. 

Compre comida y añadí unas rosas rojas, velas y dos paquetes de Malboro. Un plan perfecto. Los días anteriores se hicieron larguísimos, pero llegó el momento. El viernes a las 10’30 la fui a buscar al aeropuerto emocionado por el encuentro. Al verla, corrí a sus brazos y el primer beso se hizo eterno.

 - ¡Al fin juntos! ¡Te quiero! 

- Y yo más.

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CORAZONES CRUZADOS.

CORAZONES CRUZADOS.

Entre tú y yo hay un mundo y sin embargo, he notado tu corazón rozando el mío. Con ellos dos tan cercanos he sentido que palpitaban a la par, como uno solo. Sabes que suelo hablar poco, pero contigo puedo hacerlo de amor y de todo.

Dejemos que fluían las palabras del querer auténtico y que las emociones nos acompañen en nuestro proyecto. Alejémonos de historias y de cuentos que no llevan a ningun sitio. 

Seamos sensatos con nosotros mismos y bajemos de nuestros pedestales y mostrémosles a nuestros corazones tal como somos. Ni más ni menos, simples y humanos. 

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LAS COMPARACIONES SON ODIOSAS.

LAS COMPARACIONES SON ODIOSAS. 

Hacía años que aquel portarretrato permanecía en el estante. Aquel día, miré la disparidad que había entre mi rostro y el de la foto. Me dirigí al espejo y me acerqué para mirar las canas que habían aparecido sobre mi escaso cuero cabelludo. 

Miré angustiado las arrugas que se habían formado sobre mi cara sin que me hubiese dado cuenta del transcurso del tiempo y corrí en busca del portarretrato. Comparé los labios, el mentón, la nariz, los ojos y la frente. Con toda seguridad, alguien había cambiado el retrato, porque el hombre de la foto, no era yo. ¡Seguro!

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