domingo, 18 de diciembre de 2011

LA LLUVIA IV

Me levanté sin prisas, despacio,
pensando en lo rápido que
había sucedido todo aquella noche.
Abrí mi maleta y volví a
colgar mi  ropa en el armario.

¿Qué hacía de nuevo yo en aquella habitación,
colgando las camisas y los pantalones,
si ayer hice el equipaje con  billete de ida,
y hoy volvía a estar encarcelado?

¡Maldito sea este amor ciego 
que por ELLA siento!
¡Maldito tormento que
encuentro en sus besos! 
¡Maldito cuerpo y maldito
este deseo que me tiene preso!

Hoy el día había salido soleado,
la luz entraba por la ventana.
La casa olía a café recién hecho.
ELLA me llama con voz suave:

-Cariño, el desayuno está en la mesa.
El café, la leche, la mantequilla,
la mermelada, el azúcar y las tostadas.

Al llegar a la cocina,
no me atrevo a levantar la mirada
y a enfrentarme a tales embaucadores ojos.
ELLa, con carita de niña buena, me besa la cara.
A mí, todavía me duelen los huesos
de tantos juegos y tanta cama.

Me mira con descaro
y me pasa la mermelada.
Cabizbajo, le cojo la mano
y le acaricio sin remedio.
ELLA, levanta la cara
y me mira con ansias,
buscando en mis labios
la complicidad de la noche pasada.

Sonrío con disimulo,
mientras cojo la cuchara,
volviendo a bajar hasta
los zapatos la mirada.
De repente, se coloca
sobre mis maltrechas piernas
al tiempo que unta el dedo
índice en la mermelada.

Cayeron de la mesa
el café y la leche,
las tostadas, el azúcar,
la taza y la cuchara.
Cayó todo al suelo...
menos la mermelada,
ya que con la otra mano,
¡ELLA, salvó el tarro!

Saltaron al aire, de repente,
los botones de mi camisa
y cuando yacía en el suelo,
sin darme tiempo, untó mi pecho,
untó mi cuerpo hasta los rincones
más perversos...
¡de mermelada de arándanos!

Con el cuchillo, esparció
la mantequilla por mis labios
y así, lentamente, llegó
hasta el mismísimo infierno.
Agarró la azucarera,
y de un puñado,
espolboreó mi cuerpo
de arriba abajo.

Mientras tanto, yo, a duras penas,
fui embadurnando sus pechos
y conseguí en mi último suspiro,
colocar sobre su ombligo...
¡el último fruto de arándano!

 ...Y allí
nos quedamos desayunando,
sentados en el suelo,
comiendo con los dedos los restos
que quedaron del desaguisado,
disfrutando como dos niños pequeños.

¡Maldito sea este amor obsesionado
que por ELLA siento!
¡Maldito tormento que
encuentro en sus besos! 
¡Maldito cuerpo y maldito
este deseo que me tiene preso!


Colección Almas nostálgicas

jueves, 15 de diciembre de 2011

LA LLUVIA III

La noche seguía enojada,
mientras ELLA me abrazaba.
Los truenos golpeaban la estancia,
y a lo lejos, casi en el infinito,
los rayos electrizaban un cielo negro.

Con los ojos cerrados,
su boca cerró mi boca,
¡no hacían faltas palabras!
El beso duró ¡el tiempo que hizo falta!

Abrió de nuevo los ojos,
esos ojos negros,
como su seductora alma.
¡Me miró con celo,
me miró con rabia!

Saltó sobre mi desangelado cuerpo,
me agarró de las manos
y las ató al cabezal de la cama.
Dejó caer su cabellera negra
y rizada sobre mi cara,
mientras dibujaba en su rostro
una  lujuriosa carcajada.

Bajó los labios, hasta morder mi lengua.
Lamió mis mejillas, como si fueran de caramelo.
Arrastró su pelo negro, sobre mi cuerpo.
Surcó mi piel con sus uñas largas,
hasta clavarlas en mis nalgas
y siguió lamiendo cada uno de mis poros,
hasta que el tiempo se desvaneció en el cielo.

Benditas formas casi inhumanas.
Benditas caricias, eternamente deseadas.
Bendito tesoro, el que hallo en su aposento.
Bendito sea este beso, que me mata de deseo.
¡Bendita noche, de rayos y truenos!

La calle seguía mojada,
pero en los cristales ya no golpeaban
las frías gotas de lluvia de invierno.
Mientras tanto, el pueblo despertaba,
perezoso, a la luz del nuevo día.

Llegó el alba y nos pilló jugando,
jugando, entre sábanas y almohadas.
Llegó el alba, con luces de esmeralda.
Llegó el alba, iluminando su hermosa cara.

ELLA, se levantó de la cama,
altiva  y solemne,
Se puso su ropa interior,
de puntilla y encajes.
Se abrochó la blusa
y se enfundó la falda.

Tras una noche de tormenta,
de amor y sexo intenso,
ELLA, volvió a recuperar
su porte y toda su arrogancia.



Colección Almas nostálgicas

martes, 13 de diciembre de 2011

LA LLUVIA II

Levante mi maleta, ligera de equipaje
y volví sobre mis pasos tras ELLA.
Abrí mi paraguas y sin medir palabra
anduve bajo la lluvia.

La puerta estaba entreabierta.
Entre mojado, sin hacer ruido,
entre asustado, con mi cara pálida
y mis ojos azules llenos de lagrimas.

Oí sus sollozos, allí tumbada sobre la cama.
Entre sigiloso, como un felino.
La luz estaba apagada,
solo los relámpagos, de vez en cuando,
iluminaban la estancia.

Contemple sus ojos, sus lágrimas.
Me tumbe a su lado, como si nada.
Alise con mi mano su pelo mojado.
Seque con mis labios, sus mejillas
sus labios… sus lagrimas.

Le desabroche la blusa empapada,
le quite la falda mojada,
La abrace con toda mi alma,
sin medir palabra.
Cubrí su espalda con la sabana,
la despoje de su ropa interior,
de puntilla y encajes.

Seque con mis labios su espalda.
Dibuje un paisaje, con nubes y aves.
Dibuje un mar, un mar azul en calma.
Dibuje un barco velero, un sol radiante.
Dibuje sobre sus nalgas dos montañas,
dos montanas verdes y grades.

Sus suspiros, callaron los llantos,
sus labios me buscaron con descaro.
Me agarró de las manos
y miro fijamente a mis ojos brillantes.

Seguí pintando, en tal calido manto.
Bese su cuello, dibujando una cascada
de agua, de espuma blanca.

Trace las formas de dos hermosos cantaros.
Y me deje llevar río abajo,
sobre tan claras aguas,
hasta llegar a su playa, de arena dorada.

Un susurro entrecortado
intento decir…te amo.
Volvió un llanto a inundar el espacio.
Volvió a cogerme de nuevo la mano
y la puso sobre su pecho, ahora sereno.

Me tumbe a su lado, como si nada.
Contemple sus ojos, sus lágrimas.
Alise con mi mano su pelo mojado,
seque con mis labios, sus mejillas
sus labios… sus lagrimas.

Colección Almas nostálgicas

sábado, 10 de diciembre de 2011

LA LLUVIA I

Ella camina, altiva y solemne,
camina lenta, bajo la lluvia.
Por unos instantes,
perdió la arrogancia
de su porte elegante.

Al otro lado de la calle,
yo miraba en silencio cómo,
en el fondo de su mirada,
se adivinaba un velo de rabia.

Fría y hostil
la lluvia le empapaba.
Febriles sueños rotos
le acosaban sin desmayo.

Entre las montañas nubladas,
se anunciaba una noche
larga de calles mojadas;
razón por lo que la gente
corría a resguardo
al calor de sus hogares.

De repente, ella se para,
sin medir palabra y
con la mirada clavada.
Toda mojada, desde el pelo,
la blusa y la falda.

Ella, que siempre fue orgullosa,
en mitad de la calle,
se quitó los zapatos rojos, 
de tacón alto, y de golpe, 
dió la media vuelta
con sollozos dolorosos.

Me miró a los ojos,
y yo bajé la guardia,
para no enfrentarme 
a sus lágrimas.

Ella camina de vuelta 
a casa, altiva y solemne.
Camina lenta, bajo la lluvia.
Por unos minutos, 
perdió la arrogancia
de su porte elegante.


Colección Almas nostálgicas

viernes, 9 de diciembre de 2011

FELIZ NAVIDAD, QUERIDOS MUERTOS MIOS

Feliz Navidad, queridos muertos míos:

Que no os falte de nada,
hoy que nos hemos vuelto a reunir.
Levantemos la copa de cava
y brindemos por los que todavía estamos vivos.

Flotáis en las sombras de mis recuerdos
y formáis parte viva de mi pasado  
y creo que nunca me dejareis en paz.
Cierro los ojos y os puedo ver
dentro la caja encantada de frío sueño.

Y os digo a vosotros queridos muertos,
que tampoco en la vida todo es verdad
y ahora que os tengo a todos a mi lado,
os confieso que sois el reverso del espejo
y que lo de estar muerto, no ha sido nunca,
algo demasiado original.

Feliz Navidad, queridos muertos míos.

Comer y beber, que la noche esta a punto de terminar
y pronto repicaran las campanas con sabor a muerto.
Pero que sepaís, que nunca estaréis muertos del todo
mientras que en días como hoy, alguien os convide a cenar.

Buenas noches, queridos muertos.

Ya tenéis de volver al oscuro agujero del olvido.
¡Feliz Navidad y hasta la próxima vez
que vuelva a invitaros a mi mesa! 


Colección Almas nostálgicas

NAVIDAD SI, PERO PARA TODOS IGUAL

Todos nos reímos al llegar las fiestas de Navidad.
En todo el mundo, los niños de todos los colores
quieren ver nacer al niño Jesús.

En algunos lugares le hacen un pesebre
o un árbol de luces y colores.
Y en otros, lo único que pretenden
es tener paz, amor y un plato de comida…

¡Que extraña paz nos hacen sentir!
Sentemos a un pobre en nuestra mesa.
Es tiempo de querer y de darnos la mano.
Hoy es Navidad, mañana, Dios dirá.

¿Sabéis?,
Hay gente que pasa frío y hambre.
Hay guerras alrededor del mundo,
niños huérfanos de padres y madres
 y otros niños, están huérfanos de amor…
y miles y miles no la pueden ni celebrar.

Dar la mano a uno de estos niños
que no tienen que comer
y con la otra, darles un trozo de pan.
¡Y sentaros a su lado a temblar!

“Buena Navidad a los hombres de buena voluntad”

Y deseemos un mundo mejor para todos
y así, de esta manera, todos juntos
podremos sonreír a la Navidad.

                    ¡Pero no nos olvidemos, de hacer un mundo más justo!

Colección Almas nostálgicas

QUE NUNCA NADA TE SEA INDIFERENTE

Hoy, nada me distrae, ni me es extraño.
La mañana, ha aparecido monótona,
el medio día igual  y la tarde ha llegado
sin ninguna alegría que me hiciera sentir
cualquier cosa anormal.

No, no noto a mi alrededor ningún misterio 
que inspire mis pensamientos;
la noche va cayendo, el faro se ilumina,
mientras el horizonte va desapareciendo.

El viento hace mover las ramas de los rosales.
El chillido de un niño me espanta
y el estridente ruido de una moto me exalta.

Lo dicho, hoy no habido nada
que me haya hecho sentir
diferente al resto del mundo.

Seguramente, ahora en cualquier lugar,
dos enamorados se están mirado embobados.
Los dedos de un escultor estan 
dando vida a una nueva escultura.
Un pintor da las ultimas pinceladas 
o un preso pide perdón desde su celda…

Y a todo esto, desde mi balcón, ya a oscurecido,
tan solo las luces de las farolas
me hacen recordar que este viejo día
ya esta a punto de llegar a su final.

Un pensamiento me llega a última hora.

Todo pasa a nuestro alrededor,
a veces tan lejos, ¡pero siempre tan cerca!
y te paras a pensar, ¿que es lo ha sucededido?
y mientras crees que no ha pasa nada,
todo aquello que te absorbe te transforma.

                ¡PERO NUNCA, NADA TE ES INDIFERENTE!

 Colección Almas nostálgicas

VERSO A VERSO, BESO A BESO.

VERSO A VERSO, BESO A BESO. Si la memoria no me falla, queda lejos, muy lejos, aquel primer verso que nació fruto del amor con el primer bes...