LA MADRE QUE TE PARIÓ

LA MADRE QUE TE PARIÓ

Tú me mueves a no dejar de quererte, si fuera por mí, haría tiempo que hubiéramos pasado por la vicaría. Que sería lo más bonito que podría pasarnos, los dos juntitos por vida. Solo de pensarlo, se me ponen los pelos como escarpias. ¿Que más bonito que vivir juntitos con el beneplácito de tus padres? Que va a ser que no, porque tu madre no cree que yo sea un buen partido. Mira, que le hago la rosca, pero apenas me dirige la palabra y me mira por encima del hombro, como si no existiera.

Colección: 💯 PALABRAS DE COLORES BRILLANTES. 

LA MENSAJERA DE LA PLAYA

LA MENSAJERA DE LA PLAYA

Vivía en una solitaria casita de madera, entre pinos cerquita de la playa. Una mesa, una descolorida sombrilla y un viejo cofre de piratas para guardar los mensajes, era todo lo que necesitaba para seguir recogiendo nuevas misivas de amores rotos. 

Vestía de blanco y su cabello se alborotaba al aire con la brisa del viento que llegaba de mar adentro. Andaba descalza sobre la arena, recogiendo caracolas, conchas, y botellas en busca de mensajes de desconocidos que los enviaban, a través de los mares. El agua del mar refrescaba sus pies, mientras seguía rescatando nuevos relatos de almas solitarias.

Colección: 💯 PALABRAS DE COLORES. 

Y EN CINCO MINUTOS ERAMOS NOVIOS

Y EN CINCO MINUTOS EREMOS NOVIOS.

Pensé que con tanta tristeza se me había ido la chabeta o estaba alucinando en colores. Seguro que sería esto, de lo contrario es que estaba muerto o en trance, porque mi ex me había dejado tirado como a una alpargata. 

Me mojé la cabeza para despertar de aquella visión en forma de rubia despampanante. Me acerqué a ella y no se me ocurrió otra cosa que darle un beso de estos retorcidos. Dime atrevido si quieres, pero no pensé en otra cosa que decirle lo guapísima que era. Mira tú por donde, al poco rato, éramos novios para siempre.

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SE ME FUE EL AMOR DE NO USARLO.

SE ME FUE EL AMOR DE NO USARLO.

Sentado, en el balcón de mi casa, intento buscar mil razones para no sufrir en el corazón el dolor de otro desamor que se va de casa con el desconsuelo de la soledad y alguna frase a propósito de tal desdicha. Frases que en el fondo no sirven para nada, aunque reconfortan el alma mía: “No me merecía”.

 Pregunto; ¿Quién no se merecía a quién? Cosas que me pasan por la cabeza, porque a mi edad me estoy quedando más solo que la una y con toda la pena del mundo, mientras la veo salir por la puerta con viento fresco.

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EL AMOR DE ADOLESCENTE Y SU MADRE.

EL AMOR DE ADOLESCENTE Y SU MADRE.

Lástima que el tiempo no se pueda detener en el instante en que el amor se hace eterno. Bien sabe Dios, que todavía me acuerdo de ella, fue un gran amor que lo tengo guardado bajo llave. Todavía hoy es un secreto, y no como antes, que hasta su madre me controlaba como si fuera un delincuente por besar a su "niña". ¡Con lo que yo la quería! y el miedo que le tenía a su madre cuando venía a nuestro encuentro y me miraba con cara de pocos amigos y la mandaba a casa, con tal de que no estuviera conmigo.

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LA PRIMERA CITA

LA PRIMERA CITA

Ataviada con un vestido de lino blanco, zapatos de cuña de color azul. Al andar mostraba orgullosa sus hombros desnudos de tez morena y sus ojazos negros. Se agarraba a la cadena del colgante de su bolso con fuerza, como si dentro guardara su vida entera. El trayecto hasta el lugar se le hizo eterno, aunque su semblante nunca perdió una ligera sonrisa elegante. Una vez sentada me miró fijamente y se preguntó para sus adentros ¿Qué puñetas hacía una chica como Ella en un lugar tan fino, con un chico pijo, mirando al Mediterráneo y oliendo a sal marinera?

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EXPEDIENTE "SIRENA"

EXPEDIENTE “SIRENA”.

Entre el suave ruido de olas, descubrí que una silueta resplandecía sobre la arena de una playa de mi isla. Aunque oscura la noche, la luz de sus ojos iluminaba los astros, con su tersa piel de pecas y escamas de cintura abajo, hasta la cola.

Ella, miraba, como fondeaba una barca de pesca, el pescador, anonadado al contemplar tanta gracia, se olvidó del resto del universo y fue a por sus labios y se los comió a besos. Se abrazaron y desaparecieron mar adentro, mientras, centeranes de sirenitas, alababan a los siete mares, el nuevo amor de su reina.

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