domingo, 1 de mayo de 2016

SIN MUSA NO HAY POESÍA

Es común y notoria la palabra "pájara", para denominar la situación de desfallecimiento por los que atraviesan los ciclistas en plena carrera u otros deportistas en diferentes modalidades, así como la falta de inspiración por los que pasamos los escritores en ocasiones concretas. También es notoria la necesidad de encontrar a una bella musa para que nos despierte de largos letargos de inspiración.
El diccionario esta repleto de palabras que nos disculpan de las diferentes situaciones por las que atravesamos los poetas cuando no somos capaces de sumar dos frases consecutivas.


  • Hasta que un día sin saber como ni cuando, te entra un gusanillo en el estomago y empiezas a poner en marcha un conocido mecanismo: te acercas disimuladamente al ordenador, lees algunas lineas de un viejo libro olvidado en un estante de la libreria, o simplemente dejas que vayan fluyendo aquellas ideas que durante un tiempo tenías encarceladas. Empiezas a jugar con el teclado como si alguien te vigilase desde un oculto rincón. Así se inicia un proceso mágico, sin inspiración y sin musa a la que encomendarse en días de oscuridad y noches de insomnio.


 Aquí me tenéis, dándole a las teclas del ordenador, (como añoro los tiempos de pluma y papel), buscando una forma discreta y elegante para disculparme de todo el tiempo en que había abandonado mi pasión por el arte de escribir.

Me gusta poner un título a cada colección de poemas que empiezo y para esta ocasión he pensado que la titularé:

                                              " SIN MUSA NO HAY POESÍA"



Espero que a pesar del titulo no sea un problema para inspirarme de todas aquellas cosas maravillosas que me rodean cada día. Así que a partir de hoy tengo un compromiso con todos aquellos lectores que quieran volver a leer mis nuevos poemas.

sábado, 28 de noviembre de 2015

LA CENA

Supongo que no debo hacerme la ilusión
de que vengas a cenar esta noche.
He comprado una docena de velas,
seis ramos de flores, y también he pensado
en poner música de Mozart.

Ya sé que te he avisado tarde
y que con lo bonita que tu eres,
tendrás compromisos más importantes.
Pero por un instante he creído
que te haría ilusión compartir
tertulia con un poeta chiflado.

Ya ves, querida, que tontería,
he pensado que con los pretendientes
que tienes, a mi me elegirías.
¡Que pedantería por mi parte!

 De todas formas, amada mía,
 pondré el mantel de mi bisabuela
y la cristalería de Bohemia, 
y por si acaso tú vinieras
dejaré caer sobre la mesa,
unos cuantos pétalos de rosas blancas.

Sí. Intuyo que al final cenaré sólo,
que he actuado como un tonto.
Pero así y todo,
serviré de primero: entremeses
y mientras comemos,
te adularé con palabras tiernas.

Sacaré del horno la paletilla de cordero,
que estará para chuparse los dedos,
y antes de brindar con vino tinto,
te contaré una historia 
de dos amores,
que murieron sin haberse conocido.

Cuando lleguemos a los postres,
allá por la medianoche,
te dejaré boquiabierta,
porqué he elaborado un pastel
 de brazo de gitano de nata y chocolate,
 con dos corazones entrecruzados
 hechos con fresas salvajes.

Ya ves, todos estos manjares
los he cocinado yo con cariño y esmero,
aun sabiendo que corría el peligro
de quedarme solo,
como así finalmente ha ocurrido.
Pero no te preocupes por mi,
que noches como estas
hacen que te quiera más todavía.

¡Porque he conseguido quererte...
sin que tú ni tan siquiera
 te hayas dado cuenta!


Colección A quién no le guste la poesía, 
            que arranque la primera letra. 

sábado, 21 de noviembre de 2015

TU NOMBRE Y EL MIO

Que desasosiego, que desencanto,
que soledad desdichada la mía,
que si no estoy contigo,
nada en el mundo tiene sentido.

Cuando me sé lejos, lejos de ti digo...
me siento lejos de mi mismo,
camino perdido como un niño
y necesito tu cariño, tu cobijo.
Tus pensamientos me liberan
y me devuelven al presente,
pero sin tu aliento,
yo no tengo futuro.

Porque eres tú, y lo sabes,
la que hace que mi corazón palpite.
Y eres sólo tú, por la que dejo
pasar mi desaguisada existencia.
Porque un día, un día cualquiera,
mi amor dará un giro, y tú, infinita,
lamerás mis heridas. 

Y así, sin más, llegará un día
en que pondré nombres
a las cosas universales;
A los ríos y a los mares,
a las montañas y a las ciudades.
Nombres y más nombres de gente
 que ahora tengo en el olvido.

Escribiré mi propio nombre,
que ahora está en el limbo,
y como no, buscaré para ti
el nombre de mujer más bonito
que jamás poeta haya escrito...

Resultado de imagen de amores perdidos

Colección A quién no le guste la poesía, 
            que arranque la primera letra. 

sábado, 14 de noviembre de 2015

CORONA DE HOJALATA

¡Ay, amor, te he dado
cada gota de mi sangre,
y tú, reina de la nada,
luces orgullosa tus encantos,
entre piedras de bisutería
y corona de hojalata!

Ya no tengo nada que ofrecerte,
y así desfallece, día a día, el amor
de quien te dió la mano.
Tú, a cambio, ahora que ya no me quieres, 
me ofreces la otra mejilla;
la ruín, la egoista, la altiva...

Pero, cuando otro día,
vuelvas a porrear mi puerta,
me encontrarás tumbado
en mi choza de olvido,
entre notas rotas escritas
por este desdichado poeta.

Si un día volvieras, no dudaría
en darte cobijo a la vera de mi hoguera 
y te contaría historias de amor, 
que, como la nuestra, 
murieron por tener una alma enfermiza.


Colección A quién no le guste la poesía, 
            que arranque la primera letra. 

sábado, 7 de noviembre de 2015

MALDITO VINO

Abandoné el delirio a un lado,
incrédulo e incauto sin saber el motivo,
me senté al borde de la cama.

Miré, sin ver.
Olí no sé qué,
y no oí nada.

¿Què hacia allí?
¿Quièn me arrastró
  hasta aquí?

¡No recuerdo, no sé!

Maldito vino, maldita borrachera,
maldita memoria, sé que amé,
pero no recuerdo a quién.

Vagamente me viene presente
un cuerpo de terciopelo, 
unos pechos prietos, unos ojos inmensos, 
unas manos inquietas y unos etéreos besos.

Maldito vino, maldita amnesia,
que no atino a recordar
a tan bella dama abrazar mis deseos.
Sólo queda la tristeza de una noche olvidada
 en la que me amaron con desenfreno.

Maldito vino, maldito resaca,
que intuyo por las sabanas
 y por el perfume barato,
que fue una noche salvaje.

La busco con la mirada abstraída
y con el corazón en vilo,
miro a diestro y siniestro.
No se oyen ni voces ni lamentos.

¡Maldito vino, maldito trago,
que no calma la sed de mi cuerpo!


    
 Colección A quién no le guste la poesía,
   que arranque la primera letra.

viernes, 30 de octubre de 2015

INTRÉPITOS JINETES

La luna se reflejaba sobre las olas teñidas de alba.
Se desperezaban los gallos con sus cantos al mundo,
mientras su suave y terso cuerpo 
se iluminaba sobre las sábanas de lino.

Quedó el último suspiro colgado de la lámpara,
cuando todavía mis dedos acariciaban
sus más recónditos rincones.
Ella rompió un lamento al viento, 
mientras sus afiladas uñas surcaban mi espalda.

Se montó a la grupa de mis maltrechos huesos
y, sin dar tregua, cabalgó 
sin desmayo por el sendero del deseo.
Quebramos de nuevo el silencio, 
mientras ella cubría mi boca
con largos y cerrados besos.

Las estrellas se morían de envidia
y la luna se escondía 
detrás de las montañas avergonzada.
¡Pero no cesó ni por un solo instante
la pasión de dos intrépidos jinetes!

Arremetimos con nuestros huesos contra el suelo
y, entre pecho y espalda, nos arrastramos
desde la habitación hasta la ventana.

Acarició el viento mi cara,
cubrió la luz su cuerpo de color esmeralda.
Revolotearon dormidas las primeras gaviotas
y, mientras el mar arremetía
una y otra vez contra las rocas,
nosotros seguíamos danzando al ritmo de las olas,
buscando tesoros extraviados.

Brilló el sol en su reencuentro con el día.
Voló ligero el jilguero, ladró el perro vagabundo
y repicaron las campanas de la iglesia del pueblo,
por dos almas encendidas de amor y sexo.



 Colección A quién no le guste la poesía,
   que arranque la primera letra.

sábado, 24 de octubre de 2015

EL SUSURRO DEL VIENTO

¡Oh, reina mía!

¿No has oído en la soledad de la noche
un susurro de ángeles cantores 
que te hablan de amores?

¿No sientes mis dedos
recorrer las frías sábanas, 
buscando la nota perfecta
que dé música a tu alcoba?

¿No notas en la oscuridad
una boca que ansía tu ombligo,
a cambio de caricias y gemidos?

¿No sientes mi mano, buscar tu mano?
¿No sientes el leve roce de una rosa
 sobre tus firmes pechos evocando su aroma?

¿No ves en tus sueños,
vagar en la sombra, un beso furtivo
que viene a morir sobre la almohada?

¡Pues te juro, reina mía,
que yo en los albores del día,
todavía me estremezco al oír tu aliento
recorrer mi espalda
y, al abrir los ojos,
siento tus labios pegados a los mios!


Colección A quién no le guste la poesía,
   que arranque la primera letra.

VERSO A VERSO, BESO A BESO.

VERSO A VERSO, BESO A BESO. Si la memoria no me falla, queda lejos, muy lejos, aquel primer verso que nació fruto del amor con el primer bes...