viernes, 5 de agosto de 2011

LAS PALABRAS SE LAS LLEVA EL VIENTO

¿Sabes, rosa de mi alma,
que nunca jamás volveré
a estar celoso de ti?

Porque es tanto el amor
que por ti siento
y tengo, tanto y tanto fuego
adentro de mi cuerpo,
que no debería ni por un
instante dudar de ti.

Y aunque cada noche
me acueste solo, me duermo
abrazado a tu cintura
para que me acompañes
en mis alucinantes sueños.

Y para que quede constancia
en papel escrito y,
no solo con palabras,
que luego se las lleva el viento,
te escribo un poema
para que veas lo que
ahorita mismito por ti siento:



                                               Néctar de amor, beso mortal
                                               que sorbo a sorbo me robas la vida.
                                               Dulce placer, será el comer
                                               en tan oloroso seno, y sobre tu espalda,
                                               dibujar una espada clavada 
                                               atravesando tu corazón de lado a lado.
            
 Colección Almas nostálgicas 

miércoles, 3 de agosto de 2011

MI NOVIA ES UN BOMBONCITO

Mi novia está hecha
de azúcar y canela,
con sabor a nata y a menta.

Los ojitos, dos cerezas,
la boquita, de frambuesa.
Mi novia no tiene nada malo,
¡me la comería con las manos!

Los pechos, dos helados
de vainilla y ciruela
y en lo alto, dos fresas.

Mi novia, no tiene desperdicio,
hasta su cabello es de ángel.

¡Ay, mi novia, mi novia...!

Mi novia tiene color
de leche merengada.
Por ombligo, una golosina
y al final, una cascada de chocolate.

¡Mi novia no debería 
salir a la calle,
no sea que se derrita!
Colección Almas nostálgicas

lunes, 1 de agosto de 2011

ALGUNAS VECES PIENSO QUE NO ME QUIERES

Sí, algunas veces,
pocas veces,
pero alguna vez,
no te digo
que no lo piense.

 Sí, alguna vez,
 de tanto en cuando,
 pienso que no me quieres.

Sé que no es cierto,
que tu amor es verdadero
y que me querrás
hasta la muerte.

Será que me gusta
jugar con la duda,
pero ni así me asusta.

Porque solo tengo 
que mirar esa lucecita 
que se te enciende
en los ojos, 
cuando me miran.

O, a esta boquita ardiente
que se ilumina cada vez
que me besa.

Sí, confieso,
que de vez en cuando,
pocas veces, poquitas veces,
pienso que no me quieres.

Colección Almas nostálgicas 

domingo, 31 de julio de 2011

MI MUNDO SIN TI

Qué me importa a mí
el resto del mundo
si tú no estás a mi lado.

Qué me importa el mundo
si no tengo tus brazos,
si no tengo tu sonrisa,
si no tengo tus caricias.

Para qué quiero el dinero
si no puedo comprar
tus sentimientos,
ni tu cariño, ni tus besos.

Qué me importa el mundo
si no puedo compartir
mis ilusiones junto a ti.

Qué me importa, vida mía,
mi vida, si estoy todo el día
pensando en ti,
y tú siempre estás lejos,
muy lejos, de aquí.

Qué me importa, cariño,
el amor que siento por ti,
si tu cuerpo nunca será mío.

Colección Almas nostálgicas 

jueves, 28 de julio de 2011

CÓMO MEDIR EL AMOR

-Te quiero.
-Y yo a ti, te quiero más.
-Yo te quiero hasta el cielo.
-Pues yo, hasta el infinito.

-¿Cuánto tiene que medir el amor?
¿Y cuánto tiene que tener
de largo y de ancho?
¿Cómo se mide,
en línea recta o a lo alto?
-¿Si llega hasta el cielo,
 ya has ganado?
¿O, si te quiere hasta la luna,
ya es lo máximo?
¿Vale querer hasta el infinito?
¿Y de esta manera, se puede dar 

por terminado el juego?

-¿Es válido el...

yo te quiero más y más?
¿O, el decir...
 un millón de veces más?

-¿Y al final quién gana,
y el que gana, qué gana?
¿Y el que pierde, qué pierde?

-Porque si tengo que perder, 
seguro que haré trampas.
¿Pero si la dejo ganar,
me tendrá que besar?

-Ves, bomboncito mío,
cómo el amor no se mide,
sino que es un sentimiento
que se lleva adentro,
muy adentro del alma.

-Sí, vale…
pero yo a ti, te quiero más,
mucho más. 
 
Colección Almas nostálgicas 

lunes, 25 de julio de 2011

AYER, IGUAL QUE HOY

Saco el polvo de los viejos libros de texto,
de un tiempo que casi tenía olvidado
y surgen bellos e inolvidables recuerdos.
Parece que han pasado siglos y de repente,
todo ha vuelto a renacer como por encanto.

Estábamos todos, o casi todos.
Un silencio rompe un doloroso vacío
por aquellos compañeros que
nos han ido dejando por el camino.

Tú, tú, tú, ¡también tú!
¡Qué contento que estoy,
que poco hemos cambiado,
o es que quizás, no lo quiero reconocer
y me miro en el espejo melancólico
de la imagen que conservo de cada uno de ellos.

-¡Oh no, mira, Nieves, Juan, Antonia, Pedro,
Yolanda, Vicente... ¡han venido  todos!, ¡qué fuerte!
-Qué bien estás, no has cambiado nada.
-Ni tú, ¡estás igual!

No, no hemos cambiado, aunque no nos lo creamos
y si no, que alguien ponga música y cerremos los ojos
y volvamos a cualquiera de aquellos años en que
celebrábamos la fiesta de Santo Tomás de Aquino,
con uno de aquellos “guateques”.
Puede ser que hoy quisiera volver a bailar con
aquella chica que por entonces nunca me atreví
o tal vez con aquella a la que nunca saqué a bailar.
¡Pero no! Seguimos todos iguales.
Tal vez algunas pensarán, ¡qué demonios van a pensar!
si ya no se acuerdan de aquellos bailes.

¡Dios mío, qué contento que estoy rodeado de toda esta gente,
de todos aquellos, que me hicieron la juventud más feliz!

Quizás sí que hemos crecido, que nos hemos hecho mayores.
Que nos hemos casado y tenemos hijos
y nos hemos cargado las espaldas con mil problemas.
Pero hoy, hoy hemos salido a la calle más ligeros,
porque sabíamos que nos íbamos a encontrar con
los viejos compañeros del instituto y hemos comprobado
que nos miramos con los mismos ojos que antaño
y nos damos cuenta que en el fondo pocas cosa han cambiado…

¿Tal vez unos cuantos cabellos blancos? o
¿unos gramos de más, unas cuantas arrugas?,
pero todo esto es normal.
Son signos que hacen que los demás nos piensen
más mayores de lo que somos, pero cada uno sabe,
que dentro de su cuerpo todavía late un corazón
joven y cargado de ilusiones, tan joven y con tanta pasión,
como cuando bailábamos agarraditos,
girando al sonido de aquellas canciones de los 60,
cogidos a las cinturas de aquellas chicas
a las que nunca nos atrevimos a hablarles de nuestros
amores secretos, y esperábamos, sin pedírselo, que nos diesen un beso.
Hoy seguimos igual que aquellos tiempos, pero todavía
espero oír la campana para salir al recreo,
o los nervios de un día de exámenes.
Estoy rodeado de mis compañeros de antaño,
a los que tanto debo, por haber crecido juntos,
y entre todos, haberme enseñado a ser un hombre de bien.

¡Ay señor, como pasa el  tiempo,
ya se está haciendo de día y se
han ido yendo poco a poco casi todos a dormir!
Al final, igual que antes, hemos quedado
unos pocos y ya empiezo a añorarles.
Tengo ganas de que se haga de día
para volver con todos ellos al colegio.
Ha pasado la noche, al igual que pasan los años,¡ volando!
¿Cuándo nos volveremos a reunir de nuevo?,
¿tal vez dentro de 30 años otra vez?
¡No, no, por favor!

Con el sol en lo alto, nos despedimos con fuertes abrazos,
los cuatro que hemos aguantado hasta el final.

Ahora que todavía os tengo a todos frescos en la memoria,
junto al mar y con una ligera brisa de poniente, antes de ir a dormir,
os quiero dar las gracias a todos por habernos reunido.
Y prometo recordaros a todos, tal como érais antes,
tal como érais ayer y seguir queriendo,
por haber sido un soporte importante de mi vida.
Adiós, adiós Toni, adiós Mª Antonia, adiós Magdalena,
adiós Fina, adiós Pepita, adiós Mariano, adiós Carmen,
adiós Maribel, adiós Jaime, adiós Javi…adiós amigos míos.

A MIS COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS DE INSTITUTO DEL CURSO DEL 65.

Colección Almas nostálgicas 

viernes, 22 de julio de 2011

LOS CELOS ME MATAN

¿Dónde estará mi amada?,
que desde por la mañana
no la he vuelto a ver,
ha escurecido y aún no ha vuelto.

¡Madre mía, como la añoro!

Ella es dulce, fantasiosa,
presumida, pequeña, delgada,
altiva y hoy camina sola.

Hago un largo silencio en
nombre de nuestra fidelidad
y deseo que pase el tiempo
amorrado en este papel en blanco,
que me hace sentir más fuerte
y me olvido de malos pensamientos.

¡Ay, madre mía, como
la puedo llegar añorar!
Y cuando la veo que
de noche vuelve a casa,
se disipan todas mis dudas.

                                                  -¡Ay, capullito de alhelí,
                                                  cuando te marchas de casa
                                                  los celos me matan!

Colección Almas nostálgicas 

VERSO A VERSO, BESO A BESO.

VERSO A VERSO, BESO A BESO. Si la memoria no me falla, queda lejos, muy lejos, aquel primer verso que nació fruto del amor con el primer bes...