CANCIÓN DE CUNA PARA MI AMADA
¿Y ahora qué hago yo sin ella? Solo y distante de mi gran amor, mi luna, mi estrella, mi mundo perfecto. Qué hago, si llevo sobre mis hombros el sentimiento de noches de insomnio y de dulces caricias inolvidables, y la tengo presente a diario, mirándome con sus enormes ojos negros. La veo, la sueño en bellos sueños de niña buena de cuando se dormía pegada a mi cintura y le cantaba canciones de cuna.
Sí, y no tengo consuelo, la imagino sencilla, generosa y extremadamente cariñosa, ensalzando su desnudez danzando por la habitación y jugando con su melena. Y sigo acongojado en la soledad de mi existencia por no tenerla y tener que hacerme a la idea que la he perdido para siempre. Y me turba el pensamiento de que esté entre los brazos de otro cualquiera y muero de pena con cada palabra que escribo de como es ella.
Y así llevo mi vida, que cada día aumenta una gran pena en mi pobre corazón partido. Nostalgia de unos bellos recuerdos de una mujer serena, dulce y complaciente, que con una sonrisa te cambiaba la suerte.
Si un día me leyera, le pediría que me perdonara si algo hice mal, que confieso que vivir sin ella, no es vida y que vivo resignado a mi destino, que no es otro, que el olvido de haberla querido y me encomiendo a San Antonio para compartir el olvido, sin morir en el intento.
Y ahora que la doy por perdida, vengo con la mochila cargada, para entregar a Cupido; sus besos, su amor y sus caricias y volver a casa cabizbajo, para comenzar una nueva vida, en donde ella ya no tendrá cabida.
Juanjo Cardona
Colección; HISTORIAS DE MENTIRA.
