NANAS DE MI AMADA

No te imaginas la ilusión que me hace cuando me hablas. No te escucho, y lo sabes, mientras tus labios me seducen como a un adolescente. Te pregunto y espero que contestes con voz tenue. Me provocas, aunque no me importa lo que digas. Mi cuerpo arde, tu boca me seduce. Me excitas, me incitas. ¡Tú eres esa, que con la voz me enamoras!

Me hablas y te miro embobado. Y de esta forma consigo que las noches se alarguen hasta la llegada del alba. Te ríes, me miras y me acaricias. Cierro los ojos y te pregunto cosas banales que no vienen a cuento. Pero tú sigues hablando y hablando.

¡Eres una dosis de morbo continuo!

Alucino cuando me susurras al oído. Y es entonces cuando mis gemidos desfallecen mar adentro y las olas los devuelven a la orilla. 

Te abrazo, te callas, me abrazas, me duermo. ¡Te quiero!

Colección: TERRONES DE AZÚCAR BLANCO. 

BESOS FURTIVOS

Los besos aparecen y desaparecen de tus sueños y a la mañana siguiente estás hambrienta de sexo. Y es entonces, cuando vuelves a casa con nuevos pretextos y me suplicas que te acoja. Y allí estaré yo como siempre, aunque sé que luego me robarás el amor que te entrego. Buscas consuelo en mi boca y entre las sabanas. Todo sigue igual que cuando me abandonaste sin motivo aparente.

Nada cambiará. Tú eres tormenta y yo fuego, nos seguimos queriendo como si nada hubiera sucedido en este corto espacio de tiempo. No será un día cualquiera. ¡Será otra noche para el recuerdo! 

Cuando amanezca me haré el dormido. Tú recogerás todos los besos; los que esparcimos por las sabanas y hasta los que cayeron sobre el suelo. 

Te vestirás en silencio y te irás como si nada hubiera sucedido. Saldrás de puntillas de la habitación y yo te miraré de reojo a través del espejo con una pícara sonrisa.

Y me preguntaré ¿Cómo se puede seguir viviendo disimulando que nunca ocurre nada?

 

  — Pues será que el destino ha querido que vivamos como dos furtivos enamorados…

Colección: POEMAS DE TERRONES DE AZÚCAR BLANCO.

MARIPOSA

¡Ay hermosa mía!, que fluir tan dulce el que surge de tus labios que vas impregnando de flor en flor tan innato aroma. Le dedicas un solo instante a cada una y crecen con la esperanza de ser cautivadoras y hermosas. Les das la ilusión de ser únicas. Les hablas y las proteges, pobre de ellas, pobres flores, por qué saben que no tendrán jamás tu belleza. Se pintan de colores y se visten de seda para no morirse de envidia.

¡Qué equilibrada frescura la tuya!, que vas repartiendo cuál hada felicidad por donde pasas. ¡Hermosa mía!.

 

Colección: POEMAS DE TERRONES DE AZÚCAR BLANCO.

¡POR FAVOR!, QUE NADIE ME DESPIERTE.

¡Ay, rosa de mi alma! ¡Soñé que eras mía! ¿Cómo te lo explicaría? Pues nada tengo que ocultar, porque el sueño era mío, y en él, contigo gozaba. ¿Y qué mal hubiera en ello? Si no puedo ser tu amante en la tierra, al menos reúno en sueños lo peor del infierno y lo mejor del cielo. 

Y allí, entre nubes me llamabas con tu vientre de fuego. Tus uñas se clavaban en mi pecho y me hablabas de amor y de esperanza. Me cantabas nanas, para que no desvelara de tan dulce sueño.

"Que no despierte el mundo, que no despierte. Que no despierte yo de esta suerte, que muero si despierto. ¡Si duermo, jamás me despiertes, porque moriría de amor al no saberte!"

Más desperté sin remedio, y vi que estuve vivo en mi sueño. Ahora que estoy despierto, ¡me mueroooo!

 

 

Colección: TERRONES DE AZÚCAR BLANCO.

HUELLAS EN EL MAR

El poeta solo necesita una figura, un recuerdo y una noche de luna llena. Un mar en calma y unas cuantas estrellas. Una playa con el reflejo de unas barquitas de pesca. Y este es justo el instante en que tú aparecerías en escena: caminando por la orilla, con los zapatos en la mano y los pies descalzos dejando huella tras huella sobre la arena. Y así, de esta manera, entrarías en mi historia, con estos ojazos negros y esa piel morena hasta las cejas. De repente, un escalofrío corre por mis venas y me invade el deseo de una noche loca con un amanecer de melocotón. Y todo bajo un umbral crepuscular, besándonos y hablando de amor.

Y ahora que la historia ha volado con el primer soplo de viento. Hoy que formas parte de mi pasado y has sido mi bella de una noche de verano. ¡Jamás podré olvidarte!

Te digo, que en el amor todo vale. Inventas un día cualquiera del calendario, de un mes del año, de invierno o verano. Manejas la hora exacta, la música correcta, la amante perfecta. Y amas un tiempo ilimitado, como jamás hubieras imaginado. La fantasía supera la realidad y el poeta busca el instante perfecto para que todo cuadre en línea en el espacio-tiempo. ¿Pero no es más cierto, querida, que en momentos claves, la realidad supera las letras y se llena la vida de alegría con una sola mirada? ¡Pues, eso!

 

 

Colección: POEMAS DE TERRONES DE AZÚCAR BLANCO

¿QUIÉN DISTRAE MI SUEÑO?

Hoy desperté de madrugada, algo enturbiaba mi sueño de niño. Mi corazón latía intranquilo y se me fue el sueño al garete y empecé a pensar en campos de amapolas, naranjos floridos y días fríos. Pensé en sus ojos negros, sus abrazos lindos, las olas, los campos de trigo y con esta forma tan especial de besarme que me quita el sentido. 

Amanece con un cielo despejado. La luz del faro está apagada, el viento dibuja caminos sobre el mar, mientras las barcas siguen fondeadas en mitad de la bahía. Todo indica que será un día tranquilo. Intento dormir de nuevo, pero no lo consigo. Ella sigue estando en mi sueño. ¡Malditos recuerdos!

 

Colección:  POEMAS DE TERRONES DE AZÚCAR BLANCO.

ABRAZO INTERMINABLE

Sé que a ti te gustan los poemas cortos, pero yo nunca sé como van a salir de mis adentros, porque cuando escribo lo hago con el corazón y no con el talento. Los abrazos, querida, los doy como los besos: Primero los coloreo y luego les voy añadiendo un poco de sal y una pizca de pimiento. También los tengo de pequeños, de cortos, de largos y unos pocos escogidos de eternos.

Yo, querida, cuando escribo, las imágenes aparecen por arte de magia y no le doy la menor importancia, porque no puedo evitar que la pluma se embriague y es entonces cuando escribe a su libre albedrío. A partir de este instante mi mente se desborda y me quedo absorto y aparecen las siluetas de dos ángeles volando en el silencio de un cielo cubierto de auroras boreales.

Y yo sigo escribiendo poseído por mi pluma infranqueable, mientras veo atónito como mi etéreo cuerpo vuela hacia los altares y arremeto contra tus labios y escribo sobre tu espalda mi último verso y, es entonces cuando firmo mi obra maestra con un abrazo interminable.

 

 

Poemas: POEMAS DE TERRONES DE AZÚCAR BLANCO.