LA POSPANDEMIA, O ALGO ASÍ.

Creo que hemos vuelto al mismo "país de Yupi" de antes de la pandemia. La noticia del virus ha pasado a segundo o a tercer plano. Y esto no es malo, sino peor. Ahora de lo que se trata, es que nos olvidemos de los contagios y las muertes y, alimentarnos con nuevas noticias con que distraer al personal del día a día con cortinas de humo.

Noticias como: La brillante liga ganada por el Atlético de Madrid, la guerra entre Israel y Palestina, la invasión de la frontera de Ceuta con los consabidos problemas diplomáticos con Marruecos. O con el tan polémico indulto de los políticos catalanes del 'procés'. Noticia que traerá cola, y sino, tiempo al tiempo.

Cualquier noticia es buena para distraer las consecuencias que ha ido dejando, tanto a nivel sanitario, como económico el cobid-19 a los ciudadanos españoles. Hemos pasado de vivir en un auténtico infierno de noticias virulentas, que nos obligaban a encerrarnos en casa como animales enjaulados. A salir alegremente por la calle o ir de vacaciones como si nada. Eso sí, con las correspondientes medidas de seguridad.

Noticias manipuladas de falsa normalidad y de economía boyante, para hacernos creer que aquí no pasa nada y que todo lo vivido con anterioridad a sido producto de nuestra mente.

Nadie habla de los miles y miles de casos que a causado en la salud y bienestar de muchos españoles que han sufrido la pandemia y que todavía están en tratamiento. O de los miles y miles de negocios de autónomos que han cerrado las puertas y de los que cada día están cerrando por falta de clientela y liquidez.

Qué no, señores, que no. Qué es todo mentira. Que la economía sigue estando bajo mínimos. Qué este verano volverá a ser una auténtica ruina para el sector turístico por mucho que se empeñen ustedes en mentirnos. Qué hay, y seguirá habiendo, millones de personas en el paro, en el Erte y en la calle mendigando un trabajo digno.

Sigan ustedes a su bola y sigan olvidando los problemas del pueblo y distráiganos con sus monerías de los indultos o discusiones parlamentarias que al fin y al cabo no solucionan nada. Sigan buscando bajo las piedras para seguir cobrando más impuestos o subiendo el precio de la luz o cualquier invento que salgan de sus enfermas mentes, para llenar sus vacías alforjas.

Sigan ustedes mirando hacia otro lado y alabándose de lo guapos y guapas que son. De los listos y listas que son y de lo tontos y tontas que es un pueblo sumiso.

Colección: CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y LA MADRE QUE LO PARIÓ.

PITO, PITO, GORGORITO. ¿ASTRA-ZENECA O Pfiser?

Qué más quisiera yo que estar callado, que además estoy más guapo, y como dice mi amigo: "Para decir tonterías mejor estás calladito".

Pero, es que con esto de la segunda vacuna de Astra-zeneca, me han dejado de piedra. O sea, que después de todo el follón que han montado con las vacunas, ahora van los muy pillos, se lavan las manos y te dicen por todo el morro: ¿O la Zeneca o la Pficer? Tú mismo. 

Además, debes de firmar para dar consentimiento de los posibles consecuencias, si es que las hubiera o hubiese. Como si el pobre pueblo llano tuviéramos alguna noción científica para tomar tal decisión. Yo soy uno de estos afectados en el tema. Así que voy a tomar una decisión salomónica: Tirar una moneda al aire, y que sea lo que Dios quiera.

Dicho lo dicho, quiero resaltar que es la primera vez que el Estado de derecho, quiere contar con los ciudadanos para tomar una decisión de tal dimensión. Hecho, que a pesar de todo, me llena de alegría y satisfacción, por qué en caso de que me pueda costar la vida, sería bajo mi responsabilidad. ¡Qué narices tienen! 

Supongo que en otras decisiones importantes del Gobierno, también contaran con nosotros.

Primero fue pasarle la patata caliente a las comunidades, y no solo contentos con esta chapuza, ahora quieren que firmemos nuestra sentencia. Si es que se diera el caso, que no creo que suceda tanta desgracia. 

En fin, que nos cojan confesados. No creo que suceda nada, las vacunas son seguras a un 96 %. Más miedo me dan estos políticos, que no tienen crédito alguno con estas y otras decisiones que van cogiendo sobre la marcha. Ellos a su puñetera bola. 

Colección: CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y LA MADRE QUE LO PARIÓ. 

VACACIONES EN IBIZA.

Bueno, la noticia es que no hay noticia, al menos en el tema de la pandemia. Si es que el contagio de 4.143 y la muerte de unas 60 personas diarias no fuera suficiente noticia. Pero mira por donde, al final lo miramos como un simple dato y no le damos la importancia que le dábamos al principio. Sería por el miedo de formar parte de las estadísticas.

Al fin y al cabo, nos podríamos dar con un canto en los dientes, porque hemos sido una generación afortunada por lo avanzada que está la ciencia. En otras épocas hubiéramos muerto como moscas por las calles. Y nos hubiéramos refugiado en cuevas como osos cagados de miedo. Pero por suerte, hoy somos más sabios, aunque también hay muchos espabilados que se han comportado como tontos. Y es que de estos últimos: Si volarán, no veríamos nunca el sol.

¿Qué la gestión de los políticos ha sido la correcta? Esto lo escribirá la historia, aunque, sin querer influir en los acontecimientos, la verdad es que entre unos y otros, lo han llevado a trancas y barrancas. Vamos, como el culo. Nunca se ha sabido si protegían el contagio, la economía o hemos sido víctimas de su propia ignorancia del tema. Las contradicciones han estado al orden del día y los protocolos han estado un calvario para los que tenemos la memoria corta y estrecha. Ahora hay mucho trabajo que hacer por delante, habrá que volver a retomar la vida donde la habíamos dejado. 

Bueno, presiento que vamos cuesta abajo y sin frenos hacia la vuelta a la normalidad: Os imagino en bañador y bikini, tumbados en la arena, tomando el sol en las playas de Ibiza, rojos como gambas. Con una paella de marisco esperando sobre la mesa del chiringuito de turno. ¡Salud!

Colección: CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y LA MADRE QUE LO PARIÓ. 

BROTES VERDES AL FINAL DEL TÚNEL.

Hoy es el primer día en muchos meses que he sentido un auténtico subidón de esperanza. Parece ser, que la epidemia del Cobid-19, va camino a ser un mal recuerdo del pasado. El ser humano tiene la capacidad de olvidar las malas experiencias. Las almacenamos, no sé dónde, en algún lugar del cerebro, para no tener que seguir viviendo con el peso de las desgracias.

Parece ser verdad que tenemos cada vez los brotes verdes más cerca del final del túnel. Todo hace pensar que la tendencia de contagios y muertes va a la baja y que lo de la vacunación, va viento en popa y a toda vela. Qué alivio se siente cuando te das cuenta de que todo irá volviendo a la normalidad con MAYÚSCULAS.

La noticia es qué Fernando Simón ha anunciado que en breve, la obligación de llevar mascarilla será cosa del pasado. Ahora solo será cuestión de tener paciencia y no adelantarnos a los acontecimientos. No queramos ser los primeros en quitarnos la mascarilla y volvernos de repente negacionistas, por unos cuantos días que nos quedan. Sigamos siendo solidarios con el resto de personas, con las que hemos pasado la pandemia hasta el último minuto.

No hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista. Solo espero que cada uno, a su manera, haya sacado conclusiones de cara al futuro.

Yo he llegado a la conclusión  de que la vida es un soplo en el viento y hay que aprender a disfrutar del tiempo. Piénsalo. 

Colección: CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y LA MADRE QUE LO PARIÓ.

LA DIFERENCIA ENTRE LA LIBERTAD, Y TU LIBERTAD.

No sé por donde empezar, y es que no es fácil escribir sobre la guerra. No, no es fácil hablar de odio y de muerte. Y hasta aquí llega la imbecilidad del ser humano. Que no solo debemos luchar contra el covid y otras enfermedades mortales, sino que además lo debemos hacer entre nosotros mismos, lanzando misiles sin ningún tipo de conciencia. Con la absurda idea de defender ideales políticos o religiosos de unos cuantos descerebrados que juegan al perro y al gato con nuestra vida como prenda.

Y aquí aprovecho para explicar la diferencia entre la libertad y el libertinaje. ¿No sé si lo habéis pillado a la primera? Porque como ejemplo, nos lo han dejado a huevo los Israelíes y los palestinos.

La auténtica libertad no es tan solo que nos podamos tomar unas cañas con los colegas e irnos de fiesta. Ni que tengamos de estar en casa a la hora del toque de queda. La auténtica libertad es que no te caiga un misil en la cabeza. Pero no solo es esto, la auténtica falta de libertad te puede dejar sin casa, sin amigos o sin familia y esto sí que duele de verdad. Y además deja el país en la puta ruina, sin ningún futuro.

Vamos, reacciona, despierta, qué nos queda poco. Aguanta unas semanas más, no seas tonto o tonta, que lo que aquí está pasando es solo una desgracia pasajera. En un par de meses estaremos todos vacunados e incluso iremos por la calle sin mascarilla. ¡Qué alegría! Volver a la rutina del día a día; a los besos, a los abrazos y a los viajes.

¿Contamos contigo? ¡Venga, no seas aguafiestas!

Colección: CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y LA MADRE QUE LO PARIÓ.

HABLANDO DE FÚTBOL CON EL MINISTRO DEL INTERIOR.

Desde que se ha terminado el estado de alarma, cada día amanecemos con alguna sorpresa. Y será que no estamos acostumbrados y la ponemos en cuarentena. Después de catorce meses de estrecheces, ahora tanto optimismo me confunde. 

Y no digo, que no me alegre que por ejemplo, en Madrid se abra de nuevo al público el tablado flamenco; el Corral de la Morería. ¡Olé, y olé el arte! Y también, a falta de dos jornadas para que termine la liga, se van a abrir los estadios de fútbol a los aficionados. Con limitaciones. Claro. No se podrá beber, comer ni fumar.

Y yo me pregunto ¿Qué puñetera falta nos hace que nos abran ahora los campos de fútbol? A no ser que nos quieran usar como conejitos de indias. Qué bastante gente hay fuera del estadio de celebraciones, sin ningún tipo de control policial. Un desmadre.

Y luego sale el ministro de turno, que no parece haber jugado en su vida al fútbol y dice que aquí no pasa nada. Que los jugadores son unos grandes profesionales y que juegan con el mismo tesón con público que sin público. Y se queda tan pancho. Porque lo que diga un ministro va a misa y hay que creérselo a pies juntillas. ¡No te jode!

Pues para que lo sepan los iluminados: esta liga ha sido una pantomima de lo que realmente debería de ser el fútbol. Nos han dado partidos por la tele hasta en la sopa a puerta cerrada, como si fuera el opio del pueblo, recordando los viejos tiempos del Franquismo. Ha sido una tomadura de pelo, y los únicos que se han enriquecido, han sido los jugadores por pasearse por los terrenos de juego.

¿Alguien se imagina el tablado flamenco de la Morería sin público? Pues eso mismo, Sr. ministro.

Colección: CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y LA MADRE QUE LO PARIÓ. 

ÉRASE UNA VEZ UN REY...

El caos que estamos viviendo en este país tras el final del estado de alarma es alicinante. Es como si nos hubieran dejado en pelotas en medio de la plaza mayor del pueblo. Y es qué además, los presidentes de las comunidades, reconocen el hecho de no saber que tecla tocar o ley a la que agarrarse. Pero el "Presi" a dicho: Si te he visto, no me acuerdo.

Vamos a ver si conseguimos entenderlo con alguna fábula que me saque de la manga:

Érase una vez, un Rey que gobernaba un país muy grande y poderoso. Tuvo diecisiete hijos e hijas con diferentes esposas y concubinas. A cada uno de ellos, con el transcurrir de los años, les dejó que gobernaran una región de su vasto imperio. 

El Rey, desde su castillo, gobernaba y dirigia a sus hijos. Estos, contentos de su poder y estatus, le iban pidiendo dinero de las arcas del rey de vez en cuando. Pero a la vez se enriquecia con los impuestos y las injusticias a las que sometían al pueblo. Qué con el sudor de su frente, hacían más y más rico al avaricioso monarca, a su corte y a sus descendientes.

Pero un día, sin saber ni de dónde ni cómo, apareció una terrible epidemia que fue matando a miles y miles de cuidadanos por todo el territorio, causando el pánico entre los más desamparados.

Sus hijos, angustiados y asustados por la transcendencia de aquellos graves acontecimientos, pidieron con urgencia, ayuda a su padre. Pero él, temoroso y desconfiado, abandonó a los hijos e hijas a su suerte. Mientras tanto, la muerte campaba a sus anchas, por las calles y rincones del reino.

Sus hijos e hijas, le imploraron ayuda urgente, ya que con su poca autoridad y escasa riqueza, no podian hacer nada para ayudar a la gente que enfermaban y morían sin remedio.

 

El Rey, dio la espalda a sus propios hijos y dictó un bando para que fuera leido y colgado en la plaza mayor de cada pueblo. Para que no hubiera ningun ciudadano de su reino, que no se diera por enterado.

Y así rezaba:

      "SALVESE QUIEN PUEDA"

                                Firmado. El Rey

(Continuará)                   

Y colorín colorado...

Colección: CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y LA MADRE QUE LO PARIÓ.