LA NOTICIA ES QUE NO HAY NOTICIA.

La noticia deja de ser noticia cuando es repetitiva y ya no sorprende al cliente. La mente se habitúa y deja de tener interés, aunque se puedan escribir tomos por capítulos del mismo tema y entregarlos por fascículos de regalo. Con el mismo éxito.

Es lo que esta pasando con la pandemia. Tantas y tantas noticias oímos a diario, dimes y diretes, que al final todo se convierte en indiferencia. Al principio andábamos con los cinco sentidos en marcha para no perdernos ni pizca. En ello nos iba la vida. Aprendíamos de memoria los protocolos, los consejos, leíamos periódicos y mirábamos la tele. Pero después de los meses ya no absorbemos información. Nos aburre. Tenemos un guirigay mental que lo único que nos asusta son las cuantiosas multas que nos infringe la policía si nos pilla y ahí sí que andamos finos. Y poco más.

Hemos aceptado el covid-19 como si fuera de la familia. Compartimos el día a día con él, y somos tan benévolos que pensamos que por ser conocidos no nos pillará infraganti. ¡Que burros!

Vamos a por lo que se les ha dado en bautizar como "La tercera ola". A este paso tendremos de hablar de un Océano. A esto me refería anteriormente. Te imaginas dentro de unos años anunciando "La decimoctava ola". No, no sería serio. Al final perdemos todo interés por el tema. Pero no olvidemos que el COVID-19 no se cansará de contagiar ni de matar. Cuidado.

No sé si ahora saben más del virus que al principio de la pandemia. No creo que hayamos aprendido mucho. Lo digo porque todo está peor, pero mucho peor que el primer día. Y seguimos la ruta establecida por los mandamases que tampoco tienen ni zorra idea. Un día dicen digo y al siguiente Diego. Lo más curioso es que nos hemos acostumbrado a vivir con el virus y estamos aceptando al COVID-19 como animal de compañía.

Colección: CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y LA MADRE QUE LO PARIÓ. 

DIJO LUZ... Y HUBO LUZ. PERO NADIE HABLÓ DEL PRECIO.

Me troncho de risa con la subida del precio de la luz en tiempos de pandemia, en plena tormenta de nieve y con un frío que duelen hasta las muelas. 

Pero van estos tipos de Hiberdrola y los caciques de las fábricas de luz y se marcan por sus cojon... una subida histórica del precio del kw/h.

Ahí, ahí. Con un par de narices, ni puto caso al virus, a la crisis económica, a los millones de parados y a las familias vulnerables que hacen colas para poder conseguir alimentos. Un drama social. 

Y de golpe y sin avisar te apuñalan por la espalda con un recibo de luz con el aumento de un 27% en horas punta. Todo sellado y bendecido por un gobierno social-comunista. Lo digo con cariño, pero con sorna. Porque algo no funciona.

Si lo que querían, era hacer daño a los ricos, no lo han conseguido. Les diría que les conocen muy poco. Qué no les quepa la mínima duda de que al final el coste del producto añadido lo pagarán los pobres. Pero, sí por el contrario, lo único que pretenden es hacerse ricos ellos y sus amiguitos, entonces lo han bordando. Mano de santo.

Contentos, lo que se dice contentos, te digo que no lo estamos. Tal vez no tendrán la culpa de nada o de algo, pero no nos olvidemos que son los que toman las decisiones. Y esto no pinta bien.

No tiene ni pies ni cabeza. Ni la pandemia, ni la enfermedad ni los muertos les da pena. Ellos a lo suyo, pisando cadáveres y pasando del pueblo llano. Apañados estamos, cada vez estamos más indefensos. Se han empeñado en hacerlo mal. Y luego cuando salen a dar la cara te cuentan milongas. ¿De verdad se creen que somos tontos?. Porque igual tienen razón y están gobernando a un rebaño de ovejas. Ordeno y mando y si no estás contento te envío al circo romano con los leones. 

¡Ave Cesar! Los que van a morir te saludan.

Colección: CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y LA MADRE QUE LO PARÍO.

LA TORMENTA PERFECTA

No teníamos bastante con el COVID-19 que encima nos cae la de dios en forma de nieve. Bueno, lo normal en invierno. Sobre todo en enero, aunque parece que el temporal se esta cebando con nosotros este año. ¡Madre mía! Qué forma de nevar y además no estamos acostumbrados al frío ni tenemos las maquinarias necesarias para aliviar el problema de circulación de medio país. Nada, que vamos de mal en peor. Mira por donde lo que no consiguen las protocolos lo consiguen dos copos de nieve: Quedarnos en casita. 

Creo que están aprovechando estos días para distraer la atención hacia otro lado. Aunque evidentemente sea un grave problema, pero no será algo que dure más de diez días y sin embargo, parece ser que los contagios y muertos del virus se hayan ido de vacaciones. ¡Pues, no señor! Ahí sigue, más vivo que nunca.

Nadie habla del retraso de la vacunación. Ni nos damos cuenta que están subiendo los contagios a marchas forzadas y que la economía se está derrumbando. Que no, que no. Que la nieve trae incomodidades de movilización, pero no trae muerte ni enfermedades. Dentro de una semana volveremos a la normalidad que ha causado la tormenta. Pero el virus sigue matando igual con nieve que sin nieve. 

Ojalá hubiera nevado durante las fiestas navideñas y se hubiera quedado todo el mundo en su puñetera casa. Pero no. Tuvieron que abrir las puertas y ahora nos sale el charlatán de turno y nos cuenta que la culpa es nuestra. Pues sí señor, con un par de narices y se queda tan a gusto. Lo peor es que el menda tiene razón, porque si me muero será por mi culpa por no haber seguido las instrucciones previamente establecidas.

Vamos a dejarlo aquí. No le demos más vueltas, en esta película están los buenos y los malos...y ellos siempre salen de rositas. Listos, que son unos listos.

Colección: CRÓNICAS  DEL CORONAVIRUS Y LA MADRE QUE LO PARIÓ.

NADA ES LO QUE PARECE.

Que conste que todo lo que está ocurriendo con el tema del coronavirus no tiene nada que ver con las 7 plagas de Egipto. Que además es un relato religioso que, según el Antiguo Testamento, cuenta como el dios hebreo infringió a los ciudadanos de Egipto una serie de calamidades, con el fin de que el gobernante, dejara libre a los esclavos hebreos. Y las vamos a recordar: El agua en sangre. Las ranas. Los tábanos. La muerte del ganado. El granizo. Las langostas y la muerte de los primogénitos.

Para nada nos tendríamos de sentir aludidos. Aquello fue ciencia ficción comparado con lo que ocurre actualmente en el mundo. Ríete tú de las langostas, de la muerte del ganado o de la plaga de los bichitos. Bueno, tampoco quisiera minimizar la capacidad de inventiva del autor del relato. Porque por ser de aquella época ya tenía una gran visión de futuro a lo Julio Verne. 

Y es que nada es lo que era. No sabemos a ciencia cierta si el COVID-19 ha sido creado por científicos o ha salido de las pelotas de un murciélago. Sea lo que sea, esta sí que es una plaga en toda regla y déjate de Egipto, provincias y alrededores. Aquí la epidemia es mundial, a lo grande. En el siglo XX las cosas se hacían a lo grande. La ciencia y la tecnología han avanzado mucho y ya no hay nada que nos pertenezca. Todo es de todos y todo son de los mismos. 

Buena gente debía de ser los hebreos comparados con nosotros, no lo digo por nada en especial. Solo porque los más poderosos, en aquella época no tenían esta clase de armamento químico y amenazaban con cuentos. 

Solo quiero aportar otro granito de arena más a mi crónica para que sea más real. Solamente en el año 2020 hubo otras 8 plagas en el mundo, que también vamos a nombrarlas por si alguien encuentra algún parecido con las anteriores: Incendios de Australia. Pandemia del coronavirus. Incendios en Chernóbil. Plaga de langostas en áfrica. Alerta avispón asiático gigante. Derrame de 20,000 toneladas de gasoil en Rusia. Polvo del Sahara. Explosión en Beirut

En fin, cualquier parecido es pura coincidencia, pero si vas atando cabos te da muy mal rollo. Nada, tu tranquilo. Qué al final todo es fruto de tu mente. ¿Pero a que da que pensar?

Colección: CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y SU PUTA MADRE.

TRUMP EL SUCIO.

Podemos deducir que lo ocurrido en el Capitolio de Washington es la forma en que el presidente Donald Trump quiere pasar a la historia a la hora de abandonar el sillón de la Casa Banca: Morir matando.

Las imágenes de la invasión del edificio por los trumpistas no ha hecho ninguna gracia a nadie. Particularmente a mi me ha dado miedo. No solo por el hecho de lo fácil que ha podido resultar asaltar un lugar emblemático americano. Sino que además se ha demostrado lo sencillo que sería que una mente perversa organizará, a través de redes sociales, una revolución bananera. O ¿no? Tú ríete. Y porque no pegaron tiros, de lo contrario la hubieran liada parda.

Ahora andamos todos cagados y en particular los políticos del mundo entero, que saliendo a la palestra, van condenando el grave suceso: Los mandamases rusos y chinos han aprovechado para meter más leña al fuego. Otros presidentes de gobiernos importantes como la alemana Ángela Merkel, han señalado a Donald Trump sin temblarle el dedo. Mientras tanto, los políticos españoles con mediocres discursos, disculpan sus propios errores de partido, acusando a los adversarios. Mal vamos cuando solo vemos la paja en el ojo ajeno.

Este acontecimiento no ayudará en nada en seguir combatiendo el coronavirus. Por cierto que en la ocupacion del Capitolio nadie llevaba mascarilla. Parece ser que este dato ha pasado desapercibido. Aunque digo yo que en un acto vandálico como este, con el molesto trapito tapando la cara no quedaría serio.

No hay mal que cien años dure y dentro de pocos meses, de este desaguisado, los americanos lo convertirán en una súper producción cinematográfica de Hollywood y en un best-Seler literario. Pero no podemos olvidarnos que el mundo se ha convertido en un pañuelo y el aletear de una mariposa en Lepe puede producir un terremoto en Honolulu. ¡Toma!

De momento ya tenemos el ejemplo de quién manda en un país, por si alguien lo había olvidado: EL PUEBLO ES SOBERANO.

Colección: CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y LA MADRE  QUE LO PARIÓ. 

... YO SACARÍA AL 7° DE CABALLERIA AL RESCATE.

¡Ojo al dato! Parece ser que la vacunación inmunológica del CORONAVIRUS de los españoles no va a la velocidad que debería según las previsiones. En la mayoría de las comunidades no llevan ni un tanto por ciento razonable. Por ejemplo Madrid y Cantabria están por el 5% cuando otras están por el  20, 30, ó 50 %. ¡Un puto desastre!

Pero en este país nunca pasa nada. Sale el listo de turno y dice que esto es misión del gobierno central y tal y tal. Nada, tontearías. Otro espabilado, con la cara más dura que el cemento armado, suelta que los sanitarios están de vacaciones y que después de fiesta reanudarán sus tareas y el tipo se queda tan tranquilo. Vaya par de cojon... ¡Ver para creer!

Y a mi se me hace un nudo en el estómago y me pone de los nervios que tanto inútil tenga un sueldo del gobierno y quede inmune por decir estas atrocidades que atentan a la paciencia e inteligencia del ciudadano. Sí, son unos incompetentes, ahora lo sabemos nosotros, pero seguro que también lo sabían antes sus parientes y amigos y no le impidieron presentarse a un cargo público.

Esto no es serio. No estamos hablando de abrir o cerrar bares, cortar carreteras, perímetros o incluso comunidades enteras. ¡Por favor! Estamos hablando de salvar vidas humanas y cada día, cada hora que pasa, mueren personas inocentes. Mientras otros se están rascando la barriga.

Según informaciones de la Comunidad Valenciana, cada minuto hay un contagio y cada hora un muerto. O dicho de otra manera, que las vacaciones de unos cuantos, sin reemplazarlos, cuesta la vida de muchos españoles. Saca la calculadora.

Nada, que no aprendemos de países como Israel que dan prioridad absoluta a la vacunación de los ciudadanos. Porque el único interés del estado es la de salvar vidas y al mismo tiempo también salvarán la economía del pueblo a corto y mediano plazo. Vaciaran el sistema sanitario de CORONAVIRUS y la población se pondrá a trabajar tranquilamente sin riesgos de contagios.

Vamos, que es un sin sentido. La lógica es aplastante, incluso deberían poner a todo el sistema sanitario del ejército a disposición de los españoles.  Habilitar cuarteles como centros de vacunación durante 24 horas de día y de noche, mientras tuvieran un solo frasco de vacuna en la nevera. 

Dime tonto si quieres. 

Colección: CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y LA MADRE QUE LO PARIO. 

MI CARTA A LOS REYES MAGOS.

Queridos Gaspar, Melchor y Baltasar: 

Me llamo Juan José y soy una persona adulta, me he portado muy bien durante el año o al menos eso creo. He decidido escribiros esta carta porque a pesar de los años que han trascurrido he seguido creciendo creyendo en vosotros ciegamente. Porque jamás de los jamáses me habéis fallado.

Primero llenabais mi balcón con juguetes que hacían mis delicias de niño. Un tiempo después fueron a mis hijos a los que colmasteis de sorpresas y regalos escondiéndolos por todos los rincones de la casa. Y ahora, queridos Reyes Magos, son a mis nietos a los que tenéis encandilados, escribiendo cartas y esperado la gran noche mágica de alegría y misterio.

Gracias queridos Reyes por tantos años de felicidad y complicidad.

Este año, no es tiempo de pedir juguetes. Mi intención es que devolváis a los niños del mundo la libertad de jugar libremente sin mascarilla y sin restricciones. Devolvedlos a la calle ha jugar al aire libre con sus patines y bicicletas. Os ruego encarecidamente que también puedan volver ha visitar y abrazar a sus abuelos.

Me consta que el encargo tiene su miga y que os he puesto en un compromiso. Pero es que vosotros, estimado Reyes, sois la magia personificada de todas las infancias y edades.

Os ruego queridos Reyes Magos que toméis nota de mis deseos: 

Llevaros del mundo a este maldito bicho que tanto daño nos está causando. Que tanta enfermedad y tanta muerte esta sembrando. No, no es justo que los niños sufran las consecuencias de este microscópico virus. Vosotros, que sois mágicos, hacedlo desaparecer del mapa de una patada en el culo y con solo este acto, este año, estaré más que satisfecho con vosotros.

Espero que leáis mi carta con cariño y atención. En mi encargo hablo en nombre de muchos abuelos y abuelas que cada año os escribimos cartas en secreto.

                                                                                                            Atte. Juanjo de la Rosa.

Colección: CRÓNICAS DEL CORONAVIRUS Y LA MADRE QUE LO PARIÓ.