QUIÉN DIJO QUE OLVIDAR FUERA FÁCIL
Oigo como llaman a la puerta los demonios del olvido. Un negro presentimiento me envuelve y sigo creyendo que todo fue fruto de la fantasía que distorsionó la pura lógica de dos amantes que compartían saliva y cama.
¿Qué haré ahora, con mi cuerpo huérfano de caricias? Jamás volveré a sentir su piel sobre la mía y lloro cuando la veo marcharse, con las últimas sombras de la noche.
Aquí me tiene sollozando, porque de mí no quedarán ni las migajas entre las sabanas. Entre tanto, ella va andando con andares de gitana, mientras se encienden las primeras luces del alba.
Colección: 💯 PALABRAS DE COLORES BRILLANTES.
