lunes, 3 de octubre de 2011

DESDE EL BALCÓN DE MI CASA

Hoy, la tarde llega perezosa
y las nubes, vuelan solemnemente
entre los montes, esperando
la llegada eminente de la luna.

El sol ha dejado el cielo pintado
de un fosforecente color naranja.
Los pájaros vuelven a recogerse
a sus nidos, igual que los pescadores
vuelven a puerto.

Las primeras luces aparecen
justo en el momento en que
cae sobre las calles
un manto de color negro
y las casas van perdiendo
ese toque de cal viva.

En el espejo de las tranquilas
aguas de la bahía, se reflejan
las estelas de las farolas.

El faro con luz intermitente
alerta a las últimas barcas,
para ponerse a resguardo.
Mientras, los pescadores
que habían llegado,
recogen las redes
y arreglan el pescado.

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