quella luna grande escondía las intrigas de amoríos insaciables. Ella, hermosa de tez morena, aguardaba sobre la cama que la besara, mientras sus ojos reflejaban el deseo con que esperaba.
— "No tengas prisa, que la noche es joven". — Dije.
— "A mí se me hace eterna si no te tengo dentro mi alma". — contestó sollozando.
Sus palabras me hicieron más débil y me enterneció, que eran sus labios una tentación para mis ansias y enfilé mis manos hacia sus carnes alteradas.
Volamos entre nubes de algodón, convencidos que aquella noche nuestra historia se escribiría con letras doradas.
Colección: 💯 PALABRAS DE COLORES BRILLANTES.