miércoles, 15 de diciembre de 2010

COMO UNA OLA

¡Qué dulce es imaginar
un desperar acariciándote
lentamente y comprobar
que tú eres la ola, ola, ola  
y yo un náufrago en tu mar!

¡Que ola tras ola rizada
con espuma encrestada,
alcanza mansamente la orilla
para besar mi boca salada!

E intuyo la ola, ola, ola
continua, fluida y fresca.
Ola de aroma de sal marina,
así es mi ola, ola, ola,
cuando llega al despertar.

Y así espero, pacientemente
la ola, ola, ola  plateada,
infinita y lejana, cada mañana
tumbado en la arena, para jugar
con ella, con mis dedos en su playa.

 Colección, Hablemos de ti

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