DESPIERTA, NIÑA DESPIERTA.
¡Cariño mío! Tu sonrisa rompe el horizonte
alargando tu silueta hasta el infinito, mientras el azul del mar colorea tus
bellos ojos que atraen a las gaviotas a revolotear sobre las tranquilas
aguas del puerto. Tus andares, con el viento se contonean entre las flores y tu cintura se asemeja al de una princesa.
Qué para soñar no hace falta casi nada, tan solo un toque de
inspiración y una pizca de imaginación. Por qué morir, tal vez sea como dormir.
Pero si estás despierta, tienes que disfrutar de aquello pequeño y grande que
te hace la vida más alegre.
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