viendo a la gente pasar,
no te fijabas ni en nadie ni en nada.
Tú mirabas perdida
las luces del mar.
Yo me crucé en tu camino,
y a tu lado me senté;
no nos hizo falta nada más:
la luna, el mar... tú y yo.
Colección paisajes de mujer
Escribo poemas a la soledad, para hacerle compañía, haciéndole la espera más corta y más dulce la sonrisa. Soy de los que creen en el sonido del silencio o de los que habla con el mar. ¡Soy de aquellos que la gente piensa que estamos locos!
MI “NIÑA” SE QUEDÓ COLGADA DE LA LUNA Tumbada sobre la cama, su tez morena destacaba de los pétalos de rosas que cubrían la sabana. Mientras...
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