FANTASMAS QUE VIVEN EN EL SUBCONSCIENTE.
Y ahora viene cuando de verdad duele abrir el corazón y poner en orden cosas que no ocupan un espacio aparente, pero que nunca consigues desprenderte de ellas: el beso, sí, el beso. ¿Pero con cuál de ellos te quedas? Las caricias, sí, las caricias. ¿Pero cuál sería la elegida? ¿Qué haré con las sonrisas y con tantos días felices inolvidables? ¿Y dónde coloco la tristeza, las lágrimas, las penas y las noches de insomnio?
Sentimientos que no ocupan lugar, pero que seguirán arrastrándose en el subconsciente, igual que los fantasmas arrastran las cadenas por los pasillos de viejos castillos.